Javier Aja
Dublín, 1 jun (EFE).- Irlanda dio hoy un respiro a la Unión Europea (UE) al otorgar un apoyo del 60,3 % en referéndum al nuevo tratado de estabilidad fiscal, un texto que prevé más austeridad para un país intervenido hace dos años.
Una gran parte del electorado que acudió a las urnas este jueves, apenas el 50,6 % del censo, lo hizo con ganas de decir basta a los recortes del Gobierno, pero temeroso de que el "no" cerrase definitivamente el grifo de la ayuda exterior.
Así lo expuso el Ejecutivo de coalición entre conservadores y laboristas durante la campaña, dejando entrever que la cita electoral era, en realidad, un plebiscito sobre el compromiso de Irlanda con el euro y sobre su futuro económico.
Aunque la consulta popular se celebró ayer jueves, los datos oficiales se dieron a conocer hoy: un 60,3 por ciento de votos a favor del nuevo pacto fiscal y un 39,7 por ciento en contra, con una participación del 50,6 por ciento del electorado.
El primer ministro irlandés, Enda Kenny, agradeció hoy a los que respaldaron su propuesta en las urnas y reconoció los sacrificios efectuados por la ciudadanía tras dos años de severos recortes.
Para el presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, que junto a la Alianza de la Izquierda Unida ha liderado la campaña del "no", los "problemas que afectan a los irlandeses seguirán ahí mañana".
"Claramente, una parte del voto del 'sí' estaba ideológicamente comprometido con esa opción mientras que otros lo aceptaron muy, muy a regañadientes", declaró Adams,
Sea como fuere, sostuvo hoy Kenny, la victoria mandará ahora un mensaje de estabilidad a los mercados internacionales y a sus socios europeos desde un país que sobrevive desde finales de 2010 gracias a los 85.000 millones de euros aportados en el rescate por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esa es la teoría que parecen creer los irlandeses, alentados también por el hecho de que Dublín está cumpliendo con nota con las condiciones de su programa de ayuda, certificado por los inspectores de la Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y el FMI.
Su hoja de ruta obliga al Gobierno a aplicar un plan de ajuste encaminado a ahorrar este año 4.200 millones de euros para poder rebajar el déficit público hasta el 8,6 % del Producto Interior Bruto (PIB).
Al año siguiente, Irlanda deberá introducir más medidas de austeridad para continuar rebajando el déficit hasta llegar al objetivo del 3 % del PIB fijado para 2015.
Con la adhesión de Irlanda al pacto de estabilidad, el país se compromete, además, a limitar su déficit hasta el 0,5 % del PIB en 2019, lo que demandará, según los detractores del tratado, más sacrificios de las clases sociales más pobres.
Kenny reconoció que el tratado "no solucionará todos los problemas" del país a corto plazo, pero confió en que incluya medidas de reactivación económica como contrapeso al rigor presupuestario, una reivindicación liderada por el presidente francés, Françoise Hollande.
Con él se pondrá "inmediatamente" en contacto para tratar estos asuntos, así como con la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente español, Mariano Rajoy, según adelantó hoy el "Taoiseach" (primer ministro).
Un adecuado equilibrio entre austeridad y crecimiento es el escenario con el que sueña el Ejecutivo irlandés para poder regresar en 2013 a los mercados de deuda y buscar fuentes de financiación a intereses más bajos que los impuestos en su programa de ayuda.
Si esa opción fracasase, Irlanda continuaría bajo el paraguas del rescate de la UE y el FMI hasta 2014 y más allá, en caso de necesidad, podrá acceder como firmante del nuevo tratado a los fondos del Mecanismo del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (ESM, sus siglas en inglés).
Son, según los detractores del tratado, las "cuentas de la lechera" del Gobierno, preso, dicen, de las políticas de austeridad y con poco margen de maniobra para aliviar, tal y como ha prometido Dublín, la presión que imponen los recortes sobre la ciudadanía.
"El Gobierno se ha comprometido a abordar la cuestión del rescate a la banca, a acometer planes que incentiven el crecimiento y la creación de empleo. Vamos a asegurarnos de que lo cumplen", advirtió Gerry Adams. EFE
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