Roma, 11 ene (.).- El Consejo de ministros de Italia ha aprobado varias medidas para frenar el aumento del precio de los carburantes debido a lo que consideran una "especulación" por parte de los distribuidores en los últimos días, pero no ha decidido rebajar estos aumentos como la reducción de los impuestos especiales.
Tras la presión ante el encarecimiento de la gasolina, el Gobierno encabezado por la ultraderechista Giorgia Meloni aprobó anoche que cada distribuidor de gasolina deberá mostrar el promedio nacional del precio de este carburante que publica todos los días el Ministerio de Empresas junto con el que ellos ofrecen.
De esta forma, los clientes podrán entender si realmente ha habido especulación por parte de la gasolinera única sobre el precio aplicado en el territorio nacional.
En caso de incumplimiento de esta obligación por parte de las distribuidoras, el Gobierno prevé aumentar las sanciones, aunque por el momento no ha precisado en cuánto: sin embargo, ha hecho saber que en caso de reincidencia estas pueden incluso dar lugar a "la suspensión de la actividad por un período de siete a noventa días".
Por otra parte, se ha prorrogado hasta marzo una medida existente sobre los vales de gasolina proporcionados por las empresas a los trabajadores en forma de "beneficios complementarios" y por un valor máximo de 200 euros por cada trabajador en el primer trimestre de 2023.
Sin embargo, diversas asociaciones de gasolineros y de consumidores italianas culpan al Gobierno del repentino aumento del precio del carburante con el año nuevo por no haber mantenido la medida que contenía los impuestos especiales.
Meloni había asegurado en los últimos meses que para contener el precio de los carburantes no solo se requieren ayudas económicas, sino también atajar la supuesta "especulación" de los productores.
Sin embargo, la Federación Autónoma Italiana de Gasolineros (FAIB) aseguró que este encarecimiento está "vinculado a la reintroducción plena" de algunos de los impuestos especiales implantados durante varios años por el Estado para financiarse y que fueron eliminados por el gobierno precedente, presidido por Mario Draghi hasta el pasado octubre, para aliviar el elevado precio del carburante.
El precio de los combustibles ha vuelto a subir desde el 1 de enero y el litro de gasolina y el gasóleo alcanzó la primera semana de este año los 1,81 y 1,86 euros brutos, respectivamente, 16 céntimos más respecto a la semana precedente. Pero ha llegado a alcanzar los 2,5 euros en algunas estaciones de la red de autopistas.