Nueva York, 14 abr (.).- JPMorgan Chase (NYSE:JPM), el mayor banco por activos de Estados Unidos, obtuvo un beneficio neto de 12.622 millones de dólares (11.418 millones de euros) en el primer trimestre del año, un 52 % más interanual, con unos ingresos récord de 38.000 millones, en un momento en que los inversores miran con lupa al sector bancario tras la reciente tormenta financiera.
La entidad, con sede en Nueva York, informó hoy de que logró una facturación total de 38.349 millones de dólares entre enero y marzo, cifra que fue calificada de récord por su director, Jamie Dimon, y que fue un 25 % superior a los ingresos del mismo periodo del año pasado.
Dimon calificó de "sólidos" los resultados del primer trimestre y destacó el desempeño de la institución en tiempos de "volatilidad e incertidumbre".
"Nuestros años de inversión e innovación, nuestro vigilante marco de riesgos y controles y nuestro sólido balance nos han permitido obtener estos rendimientos, actuar como pilar de fortaleza del sistema bancario y apoyar a nuestros clientes en un periodo de gran volatilidad e incertidumbre", dijo Dimon, citado en un comunicado.
En la presentación de los datos trimestrales, el máximo ejecutivo de JPMorgan Chase hace también un análisis de la economía de Estados Unidos y asegura que continúa de manera general gozando de buena salud: "los consumidores siguen gastando y tienen balances sólidos y las empresas están en buena forma", aunque advierte de que las condiciones financieras se pueden endurecer.
"Los nubarrones que venimos observando desde hace un año permanecen en el horizonte y las turbulencias del sector bancario se suman a estos riesgos. La situación bancaria es distinta de la de 2008, ya que ha implicado a muchos menos agentes financieros y menos problemas por resolver, pero es probable que las condiciones financieras se endurezcan a medida que los prestamistas se vuelvan más conservadores, y no sabemos si esto frenará el gasto de los consumidores", indicó.
Asimismo, planteó varios problemas que podrían afectar a la buena marcha de la economía como el mantenimiento de una inflación más alta durante más tiempo, lo que conllevaría aparejado unos tipos de interés más altos, el impacto inflacionista del estímulo fiscal o las tensiones geopolíticas, "incluidas las relaciones con China y la impredecible guerra en Ucrania".
Sin embargo, se mostró esperanzado en que "estos nubarrones se disipen" y apuntó que el banco "está preparado para una amplia gama de resultados, y confiamos en poder atender las necesidades de nuestros clientes en todos los entornos".
JPMorgan Chase, junto a Bank of America (NYSE:BAC), Citigroup (NYSE:C) y Wells Fargo (NYSE:WFC) realizaron el pasado marzo un depósito no asegurado de 5.000 millones de dólares cada uno en el First Republic Bank en un esfuerzo conjunto de 30.000 millones en el que participaron otras financieras para evitar su quiebra.
El rescate de First Republic Bank se produjo después de que los bancos Silicon Valley y Signature fueran intervenidos por las autoridades tras una retirada masiva de depósitos por parte de clientes de las instituciones, lo que desató un efecto dominó que llegó al otro lado del océano Atlántico y golpeó también a la banca europea.
Esta tormenta financiera despertó los miedos al advenimiento de una recesión inmediata, que Dimon parece descartar.
Los resultados del banco que superaron las expectativas de los analistas, parecían convencer a los inversores y, tras conocerse, las acciones de JPMorgan Chase subían un 5,25 % en las operaciones electrónicas previas a la apertura de la Bolsa de Wall Street.