Atenas, 14 oct (EFE).- La Bolsa de Atenas sufrió hoy la mayor caída desde septiembre de 2013 y tras el escepticismo expresado ayer por el Eurogrupo sobre una posible salida de Grecia del rescate, el índice general cayó 948 puntos, lo que supuso un retroceso del 5,70 %.
Entre los títulos que más se resintieron figuran los de Eurobank (-10,47 %) y Alpha Bank (-7,31 %).
Las mayores pérdidas se registraron en los indicadores de empresas de comercio (-7,67 %), servicios públicos (-7.65 %), construcción (-7,47 %) y bancos (-7,08 %).
Una tendencia similar se vivió en la evolución de los bonos a diez años, cuyo precio en el mercado secundario bajó por encima del 7 %, el mayor retroceso en más de cinco meses.
A las 14.40 GMT, el rendimiento del bono a diez años se situaba en el 6,99 % y la prima de riesgo con respecto al bono alemán a diez años alcanzaba 614 puntos básicos.
Los analistas atribuyeron la caída de la Bolsa al creciente entorno mundial negativo, pero sobre todo al escaso convencimiento que despiertan las intenciones del Gobierno de Andonis Samarás de abandonar el programa de rescate a partir de 2015.
Fuentes del gobierno citadas por los medios creen que es una "reacción exagerada" de los mercados, en particular en lo que respecta al incremento del rendimiento de los bonos griegos.
Las citadas fuentes se mostraron optimistas de que la situación cambie cuando el gobierno llegue a un acuerdo con la troika de acreedores respecto a la era postrescate, cuya parte europea vence a finales de año.
También recalcaron que el Ejecutivo mantiene sus planes de emitir deuda a 7 años y 18 meses antes de finales de año.
En abril, Grecia volvió por primera vez a los mercados de deuda a medio plazo tras una ausencia de cuatro años y colocó bonos con un vencimiento a 5 años por valor de 3.000 millones de euros, a un interés del 4,75 %.
En su segunda emisión en julio, el Tesoro colocó 1.500 millones de euros en bonos a tres años a un tipo del 3,5 %.
A partir del próximo año, el gobierno se ha propuesto que el Estado pueda financiarse por si mismo, para evitar nuevos créditos, que, como recalcó ayer el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, forzosamente están vinculados a condiciones.