Por David Lawder y Richard Cowan
WASHINGTON (Reuters) - La Cámara de Representantes de Estados Unidos evitó el jueves un cierre del Gobierno al aprobar por escaso margen una ley de gastos de 1,1 billones de dólares pese a las objeciones demócratas a unas controvertidas partidas financieras.
La votación se produjo tras un largo día de discordia en el Capitolio que subrayó la débil unidad de los demócratas y produjo una incómoda alianza entre el presidente Barack Obama y el presidente de la Cámara baja, el republicano John Boehner, enemigos en batallas por el presupuesto en el pasado.
La votación de la medida se retrasó durante horas después de que los demócratas se rebelaran contra unas disposiciones para revertir parte de la ley de reforma financiera Dodd-Frank y permitir así mayores donaciones de dinero a las campañas políticas.
Por otra parte, los republicanos del ala más conservadora de su partido cuestionaron que la medida no bloqueaba los fondos para un orden de reforma inmigratoria de Obama.
Los demócratas dijeron que los líderes republicanos, que exhibieron su fortaleza política después de unas sólidas victorias en unas elecciones que les dieron el control de ambas cámaras del Congreso a partir del próximo año, fueron muy lejos al tratar de revertir la ley Dodd-Frank.
"Tenemos suficientes votos para mostrarles que nunca hagan esto otra vez", dijo la líder de los demócratas de la Cámara baja, Nancy Pelosi, a los miembros de su partido, a puerta cerrada, según una fuente que se encontraba presente.
Algunos demócratas también exigieron la eliminación de una disposición que permite un fuerte incremento de las contribuciones individuales a los partidos políticos nacionales para las elecciones federales, potencialmente hasta 777.600 dólares al año.
El debate afrontó a Obama contra Pelosi, uno de sus aliados más fieles en el Congreso, cuando el mandatario emprendió una campaña de última hora para convencer a los demócratas de que dejaran a un lado sus objeciones, argumentando que si no lo hacían el partido obtendría un acuerdo de gasto peor el año que viene bajo el control de los republicanos.
El esfuerzo por salvar el proyecto de ley enfureció a algunos demócratas, que se quejaron de que tanto Obama como el presidente ejecutivo de JPMorgan Chase & Co, Jamie Dimon, instaron a los demócratas a apoyarlo.
"Es muy extraño, muy extraño que ambos estuvieran trabajando para apoyar este proyecto de ley", dijo Maxine Waters, la demócrata de mayor rango en el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.
En la votación por 219-206, 67 republicanos rechazaron la iniciativa de gastos, en gran parte porque no tomaba medidas para detener la orden ejecutiva de reforma inmigratoria de Obama. Pero eso fue contrarrestado por 57 demócratas que votaron a favor.
Poco después de la aprobación, tanto la Cámara baja como el Senado aprobaron una extensión de 48 horas para permitir que el Senado tenga más tiempo para considerar la medida. El líder demócrata del Senado, Harry Reid, dijo que el proyecto de ley se debatirá el viernes.
El proyecto de ley de 1.603 páginas provocó la ira de los demócratas cuando descubrieron que modificaba la ley Dodd-Frank, que entrará en vigor el próximo año, al eliminar unas restricciones al comercio de derivados por parte de los grandes bancos.
De ser aprobada por el Senado, la ley de gastos financiaría a todos los organismos gubernamentales hasta septiembre de 2015, a excepción del Departamento de Seguridad Nacional, que obtendría una prórroga sólo hasta el 27 de febrero.
Los republicanos tienen la intención de negar la financiación para impedir que lleve a cabo la orden de Obama que permitiría a millones de inmigrantes indocumentados permanecer y trabajar en Estados Unidos.
La medida mantiene el gasto interno en gran parte plano, mientras que proporciona miles de millones de dólares en fondos adicionales para combatir a los milicianos del Estado Islámico en Irak y Siria y el brote de ébola en África occidental.