Bruselas, 30 may (EFE).- La Comisión Europea ha propuesto hoy que el fondo europeo de rescate recapitalice directamente la banca, una opción que beneficiaría a las entidades españolas, inmersas en una profunda reestructuración, pero que implica un largo y complicado proceso legal y conocidas resistencias políticas.
"Para romper el vínculo entre la banca y los soberanos, podría contemplarse la recapitalización directa del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)", afirma el Ejecutivo comunitario en un informe con recomendaciones para la eurozona.
No es la primera vez que se menciona esta posibilidad en Bruselas y en algunas capitales europeas, pues ya el año pasado cuando la eurozona se dispuso a reforzar sus cortafuegos dotándolos de nuevos instrumentos de intervención, hubo voces a favor de la recapitalización directa por parte del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y su sucesor el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), pero Alemania se opuso, una postura que no ha cambiado.
El portavoz de Finanzas del Gobierno alemán, Martin Kotthaus, reiteró precisamente hoy que la postura de Berlín es de sobra conocida, es decir que la ayuda debe ser solicitada por los estados.
Pero eso implica actualmente una intervención en toda regla por parte de Bruselas, pues el gobierno en cuestión debe solicitar al Eurogrupo un préstamo del fondo de rescate, someterse a una evaluación por parte de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo (BCE) y aceptar una supervisión financiera.
Además, el Estado debe ceder parte de su responsabilidad en el control de las entidades rescatadas y, al igual que ahora, trasladar a la UE los planes de reestructuración y resolución, así como de las ayudas estatales.
El actual esquema tiene el peligro de ser visto por los mercados como un rescate o un paso previo a un rescate completo, lo que podría dificultar aún más la refinanciación en los mercados por parte de un país o de las propias entidades financieras.
Enmendar de nuevo el tratado del MEDE, que está actualmente en fase de ratificación en los países del euro para que pueda entrar en vigor el 1 de julio, permitiría alejar el fantasma de un rescate como los ocurridos en Grecia, Portugal e Irlanda, país este último que ha tenido que recurrir a ayuda europea para salvar a su banca.
En cualquier caso, el Gobierno español, que tendrá que inyectar 19.000 millones de euros en Bankia para completar su saneamiento (sumados a los 4.465 millones ya aportados), insiste en que no hará falta acudir al fondo de rescate pese a que con la prima de riesgo en 539 puntos básicos es muy difícil financiarse.
El vicepresidente económico y comisario de Asuntos Monetarios, Olli Rehn, ha sofocado de inmediato cualquier ápice de entusiasmo por la propuesta de la Comisión Europea, al recordar que "está claro que los pagos directos a la banca no son posibles con las provisiones legales del FEEF", "ni tampoco están previstos en el tratado del MEDE", por lo que "no es una opción disponible" para ninguna banca, ya sea la española u otra.
El comisario consideró además que aún es muy pronto para especular sobre el impacto que tendrá el rescate de Bankia en el déficit español, aunque dijo que, si el Gobierno -que pretende financiar el rescate mediante dinero recaudado en subastas del Tesoro- no actúa como un inversor privado, estará cubriendo las pérdidas del banco e incurriendo en un gasto.
La Comisión Europea ha sacado hoy además otro as de la manga, uno que algunos analistas llevan esperando desde hace tiempo: propuso avanzar hacia una "unión bancaria".
Barroso admitió que se trata de un proceso largo, pero sostuvo que desde el punto de vista de los mercados y de los inversores es "importante para la plena confianza en el futuro de la eurozona que los Estados miembros accedan a lanzar un proceso para una mayor integración financiera y económica", en el que habría varios pilares como los eurobonos y un sistema común de garantías de depósitos.
En este sentido, pidió a los países miembros que acuerden en la próxima cumbre de los días 28 y 29 de junio una "hoja de ruta con un calendario", porque esa pronta "confirmación de los pasos a dar subrayarán la irreversibilidad y la solidez del euro", concluyó. EFE