Madrid, 9 mar (.).- Tras dos semanas de guerra en Ucrania, los agentes de la propiedad inmobiliaria en España han empezado a apreciar una "tímida desaceleración" en el sector inversor ruso, fruto -dicen- de un cauteloso compás de espera, a la expectativa de acontecimientos, pero sin implicar todavía un retraimiento real.
Así lo indica el presidente del Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de España, Gerard Duelo, para quien la mayoría de esos inversores, que se muestran contrarios al enfrentamiento orquestado por el Gobierno de Vladimir Putin, se están replegando por miedo a la imposición de nuevas sanciones financieras.
"Desde que comenzó el conflicto casi no se ha cerrado ninguna operación inmobiliaria por rusos en España y de hecho ahora existen más trabas que nunca para este tipo de operaciones", afirma Duelo, tras explicar que "las inmobiliarias han reforzado sus sistemas antiblanqueo y con tener la más mínima sospecha de que el origen de los fondos no es claro puede haber problemas con Hacienda".
Entretanto, el Consejo General de los Coapi confirma que el mercado inmobiliario en España se mantiene estable y opera con confianza y que el impacto de la guerra es muy limitado porque, en el sector de la compraventa por extranjeros, el comprador ruso ha venido oscilando durante los últimos años entre el séptimo y el undécimo lugar en el 'ranking' del número de operaciones de foráneos, con una paulatina inclinación a la baja.
No obstante, es el quinto en la actualidad en cuanto al importe medio de precio pagado (por encima de los 2.100 euros el metro cuadrado), mientras que los ucranianos, en cifras aún más discretas, vienen ocupando espacios dentro de los quince primeros, con un buen pronóstico en su evolución hasta hace poco.
Por su parte, Lola Alcover, secretaria del organismo, ha advertido de que, si la guerra sale de Ucrania y se convierte en un conflicto bélico internacional, "sin duda el mercado inmobiliario español puede llegar a sufrir una crisis severa".
Alcover incide, en un comunicado, en que en estos momentos hay una "caída brusca de una parte muy importante de las transacciones ya en marcha por parte de rusos y ucranianos, consecuencia tanto del miedo y la incertidumbre originados, como del bloqueo y de las sanciones económicas aplicadas, que dificultan en extremo e incluso imposibilitan el tráfico monetario, documental y personal desde estas dos naciones hasta nuestro país".
No obstante, asegura que simultáneamente se observa una "aceleración impuesta en el cierre de un cierto porcentaje de aquellas compraventas que ya estaban en proceso y que, bien por encontrarse en una fase más avanzada, bien por disponer de acceso libre a la liquidez económica, o bien por no estar gravadas con trabas de movilidad, todo ello junto a una posición de seguridad de los intervinientes, pueden llegar a buen término".