Helsinki, 24 ene (.).- El capitán y un tripulante del petrolero Eagle S, sospechoso de dañar cinco cables submarinos en el mar Báltico hace un mes, han pedido este viernes al Tribunal de Distrito de Helsinki que revoque la prohibición de salir de Finlandia que les impuso la Policía del país nórdico, pero el tribunal desestimó su petición, informaron medios locales.
La Oficina Nacional de Investigación de Finlandia (KRP) considera necesario que se mantenga esta prohibición contra los nueve tripulantes sospechosos de causar el incidente mientras prosigan las investigaciones en curso, según la televisión nacional YLE.
La KRP ha dado por finalizadas las pesquisas técnicas preliminares y ha concluido que el ancla hallada en el fondo del mar Báltico pertenece al Eagle S, por lo que ahora la investigación se centrará en tratar de determinar si hubo intencionalidad o si se trató de un suceso accidental.
La Oficina Nacional de Investigaciónno ha encontrado de momento ninguna prueba de que se trate de un sabotaje, como se sospechó inicialmente, ni de que Rusia esté detrás del incidente, aunque este organismo policial no quiere sacar conclusiones oficiales mientras dure las investigación, según el diario 'Helsingin Sanomat'.
"Estamos investigando si se trata de un fallo técnico, negligencia, falta de habilidad marinera, un acto intencionado o una combinación de todo ello", declaró al diario Risto Lohi, inspector jefe de la KRP.
El Eagle S, propiedad de la naviera dubaití Caravella LLC, fue confiscado el pasado 28 de diciembre a instancias de la KRP y permanece fondeado desde entonces junto al puerto de Porvoo (sur del país), escoltado por una patrullera de la Guardia Costera.
Las autoridades finlandesas sospechan que el navío pudo cometer un acto de sabotaje el pasado 25 de diciembre al echar una de sus anclas al mar y arrastrarla de forma deliberada por el fondo marino durante casi cien kilómetros.
Esta maniobra provocó presuntamente la rotura del cable de alta tensión Estlink 2 y cuatro cables de telecomunicaciones cercanos que conectan Finlandia y Estonia a través del Báltico.
Además, el buque está siendo investigado por eludir presuntamente las sanciones occidentales contra las exportaciones de petróleo de Rusia, ya que se sospecha que pertenece a la llamada 'flota rusa en la sombra' con la que Moscú sortea estas restricciones.