Shanghái (China), 6 mar (.).- China Vanke (HK:1036), la segunda mayor promotora inmobiliaria de China, prometió pagar sus deudas extraterritoriales ('offshore') con vencimiento próximo ante los rumores en el mercado que apuntan a que la compañía se estaría enfrentando a una crisis de liquidez.
En un comunicado remitido al diario hongkonés South China Morning Post, Vanke aseguró que tiene listos los fondos para el pago de un bono cifrado en 630 millones de dólares el próximo lunes y que sigue trabajando para abonar todas sus deudas de manera "ordenada".
En las últimas semanas, algunas informaciones habían apuntado a que el gigante inmobiliario estaba afrontando problemas de liquidez en el marco de la crisis del mercado y que había iniciado una ronda de negociaciones con aseguradoras estatales para prorrogar el vencimiento de fondos que había tomado prestados.
Desde que comenzó el año, las acciones de Vanke cotizadas en la Bolsa de Hong Kong han perdido algo más del 20 % de su valor, y se sitúan ya más de un 86 % por debajo de su pico máximo, de 2018.
Hace un mes, la promotora cerró un acuerdo con la 'socimi' Link REIT para vender el 50 % que todavía controlaba de un centro comercial en Shanghái (este), uno de sus proyectos más rentables, a cambio de unos 2.380 millones de yuanes (331 millones de dólares, 304 millones de euros).
En noviembre, Vanke aseguró durante una reunión con instituciones financieras que había reunido los fondos necesarios para el pago de sus deudas en 2024, incluyendo "muchos miles de millones" de dólares en liquidez y en posibles dividendos o ventas de proyectos internacionales.
Según el mencionado rotativo, el tamaño y la importancia de Vanke dispararía las alarmas entre los inversores en caso de que se enfrentase a problemas financieros, ya que es una de las pocas promotoras estatales que todavía cuenta con una calificación crediticia favorable tras el derrumbe de gigantes del sector como Evergrande (HK:3333) o Country Garden ante sus respectivas crisis de deuda.
A mediados de 2023, Vanke contaba con 1,7 billones de yuanes (236.131 millones de dólares, 217.429 millones de euros) en activos y otros 1,3 billones de yuanes (280.571 millones de dólares, 166.269 millones de euros) en pasivos.
La posición financiera de muchas inmobiliarias chinas empeoró después de que, en agosto de 2020, Pekín anunciase restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que habían acumulado un alto nivel de deuda, entre las que destacaba Evergrande, con un pasivo de casi 330.000 millones de dólares.
En los últimos meses, ante la coyuntura, el Gobierno anunció diversas medidas de apoyo, con los bancos estatales abriendo asimismo líneas de crédito multimillonarias a diversas promotoras, a las que se marcó como prioridad la finalización de los proyectos vendidos sobre plano, asunto que preocupa a Pekín por sus implicaciones para la estabilidad social, ya que la vivienda es uno de los principales vehículos de inversión de las familias chinas.
No obstante, el mercado no está respondiendo: las ventas comerciales medidas por área de suelo se desplomaron un 24,3 % en 2022 y otro 8,5 % en 2023, mientras que los precios de la vivienda nueva cayeron en diciembre a su mayor ritmo en casi nueve años.
En febrero, según la consultora especializada CRIC, las ventas de las 100 principales promotoras del país cayeron un 60 % interanual.
Uno de los grandes causantes de la reciente ralentización de la economía china es precisamente la crisis del sector inmobiliario, cuyo peso sobre el PIB nacional -sumando factores indirectos- se estimaba en torno a un 30 %, según algunos analistas.