Céline Aemisegger
Bruselas, 11 jun (EFE).- La Unión Europea (UE) acude a la Cumbre del G20 consciente de que los demás socios le exigirán más determinación y sentido de urgencia para solucionar la crisis de la zona del euro, pero también quiere lograr el compromiso claro del grupo de las economías emergentes y desarrolladas con el apoyo a la recuperación económica.
Los cuatro miembros europeos permanentes del G20 -Alemania, Francia, el Reino Unido e Italia- y España como país invitado, así como la Comisión Europea y el Consejo Europeo saben que la estrategia anticrisis de la UE, vista por muchas economías internacionales como insuficiente, va a ser objeto de un escrutinio y de presiones fuertes por los demás socios, pues ya ha sido motivo de un intenso debate en el G8 de Camp David (EEUU) o el G7.
El presidente del Centro para Estudios Políticos Europeos (CEPS) y responsable de Mercados Financieros, Karel Lannoo, cree que el G20 pedirá a la UE una actuación "urgente" para salir de la crisis, pero también dejarán claro que tendrán que ser los europeos los que solucionen sus problemas, que afectan también a la economía global.
"Si no lo hacen, el lenguaje, sobre todo de EEUU, se endurecerá", opinó Lannoo en declaraciones a Efe.
Los expertos no esperan una cumbre tan dramática como la de Cannes (Francia), cuando Alemania y Francia y los máximos representantes de las instituciones europeas y del FMI citaron al primer ministro griego, Yorgos Papandreu, a la Costa Azul con el fin de presionarle para que no celebrara un referéndum sobre el segundo rescate y por ende sobre la permanencia del país en el euro.
No obstante, advierten de que el encuentro de los días 18 y 19 de junio se celebra solo un día después de las "cruciales" elecciones griegas que se convertirán en un plebiscito sobre el futuro de Grecia en el euro y que, de no ser capaces de generar un gobierno proeuropeo, podrían poner en peligro a la zona del euro y a los países más vulnerables, como España e Italia.
Un año después de Cannes, Grecia sigue siendo la principal preocupación pero también la situación en España inquieta a los líderes del G20, sobre todo de cara a las elecciones helenas.
Sin embargo, la zona del euro ha tratado de desactivar de antemano el problema y ha acordado el pasado sábado una ayuda de hasta 100.000 millones de euros para la recapitalización del sistema financiero, con el fin de que el préstamo actúe como cortafuegos ante cualquier posible factor desestabilizador externo.
así, los europeos viajan a Los Cabos (México) con la sensación de haber avanzado en su respuesta anticrisis y con el compromiso de aprobar en la próxima cumbre europea de los días 28 y 29 una hoja de ruta y un calendario para su plan de crecimiento y para avanzar hacia una mayor integración económica y financiera que, a más largo plazo, se concretaría en una unión bancaria.
"Haremos hincapié en la manera en que estamos decididos a facilitar una respuesta integral a la crisis de la deuda soberana: abordar los retos de los países vulnerables, y apoyar el crecimiento a través de una dura reforma estructural y de una consolidación fiscal diferenciada y que permita el crecimiento", señalaron los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en una carta enviada al G20.
Pero no todo será defenderse: los líderes europeos también quieren un mensaje de apoyo de sus homólogos.
"Deberíamos dar un mensaje a favor del crecimiento fuerte y creíble. Se necesita un mayor compromiso y una acción de cooperación de todos los miembros del G20" dijeron Barroso y Van Rompuy, como la aprobación de un plan de acción para el crecimiento y el empleo.
En este sentido, la UE destacará la importancia del comercio en la actual coyuntura económica y expresará su preocupación por "la reciente ola de proteccionismo", por lo que pedirá al G20 que aumente la lucha contra ese tipo de prácticas y que fortalezca el sistema de comercio multilateral, pero Lannoo no prevé que se aborde especialmente el caso de Argentina. EFE