La Unión Europea ha impuesto nuevos aranceles a los vehículos eléctricos (VE) importados de China, que podrían alcanzar hasta el 45,3%. Esta decisión marca el fin de la investigación antisubvenciones de la UE, que ha sido motivo de controversia en Europa y ha provocado medidas de represalia por parte de Pekín.
La Comisión Europea ha anunciado aranceles adicionales que variarán según el fabricante. Los VE de Tesla (NASDAQ:TSLA) fabricados en China se enfrentarán a un arancel del 7,8%, mientras que los vehículos de la china SAIC estarán sujetos a un arancel del 35,3%. Estos se suman al arancel estándar del 10% de la UE para la importación de automóviles. Un alto funcionario de la UE confirmó que estos aranceles fueron aprobados formalmente el martes y entrarán en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la UE, lo que se espera que ocurra hoy o mañana.
La Comisión ha justificado los aranceles como una respuesta necesaria para contrarrestar lo que considera subsidios injustos proporcionados a los fabricantes chinos. Estos incluyen financiación preferencial, subvenciones y acceso a terrenos, baterías y materias primas a precios inferiores a los del mercado. Con una capacidad de producción de VE en China de tres millones de vehículos al año —el doble del tamaño del mercado de la UE— la Comisión está preocupada por la posible afluencia de VE chinos, especialmente considerando los aranceles del 100% ya existentes en Estados Unidos y Canadá.
Pekín ha criticado los aranceles de la UE calificándolos de proteccionistas y perjudiciales para las relaciones bilaterales y las cadenas de suministro. En lo que parece ser una medida de represalia, China ha iniciado investigaciones sobre productos europeos como el brandy, los lácteos y el cerdo, y ha impugnado las medidas provisionales de la UE ante la Organización Mundial del Comercio.
La acción de la UE llega en un momento en que los fabricantes de automóviles europeos se enfrentan a la competencia de los VE chinos de menor coste, que han aumentado su cuota de mercado en la UE de menos del 1% en 2019 al 8%, con un posible aumento al 15% para 2025. La Comisión señala que los modelos chinos suelen tener precios un 20% más bajos que los fabricados en la UE.
La postura hacia China se ha endurecido en la UE durante los últimos cinco años, considerando al país como socio, competidor y rival sistémico. Sin embargo, los Estados miembros de la UE están divididos sobre la cuestión de los aranceles a los VE. A principios de este mes, Alemania, sede de una importante industria automotriz, se opuso a los aranceles. En una votación, 10 miembros de la UE apoyaron los aranceles, cinco se opusieron y 12 se abstuvieron. Los fabricantes de automóviles alemanes, en particular, han expresado su preocupación por las medidas de la UE, que podrían provocar que China imponga aranceles más altos a los vehículos de gasolina de gran cilindrada, una medida que les afectaría gravemente.
El momento de estos aranceles es delicado, ya que los trabajadores industriales alemanes, incluidos los de fabricantes de automóviles como Volkswagen, están en huelga por salarios más altos. Volkswagen también está considerando el cierre sin precedentes de plantas nacionales. Mientras tanto, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha advertido de una "guerra fría económica" con China.
En contraste, la asociación automovilística francesa PFA ha acogido con satisfacción los aranceles, haciendo hincapié en el apoyo al libre comercio que también sea justo. La Comisión ha participado en ocho rondas de negociaciones técnicas con China para explorar alternativas a los aranceles y sigue abierta a continuar las conversaciones, a pesar de las importantes diferencias.
El impacto de los aranceles en los precios al consumidor sigue siendo incierto, ya que algunos productores podrían absorber los costes. Según datos de la Asociación China de Automóviles de Pasajeros, las exportaciones de VE de China a la UE en los primeros nueve meses de 2024 cayeron un 7% en comparación con el año anterior, pero experimentaron un repunte en agosto y septiembre a medida que las empresas anticipaban los nuevos aranceles.
Reuters contribuyó a este artículo.
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