(Actualiza con la posición española sobre Rusia y Swift)
París, 25 feb (.).- La Unión Europea (UE) empezó a aplicar este viernes un importante conjunto de sanciones contra Rusia para "doblegar" su economía en castigo por la invasión de Ucrania y va a evaluar, si se consigue unanimidad de sus miembros, privarle de acceso al sistema de transacciones interbancarias Swift.
Las sanciones estarán en vigor "tanto tiempo como sea necesario y se completarán con nuevas decisiones", subrayaron los ministros de Finanzas de los Veintisiete, reunidos en París con la Comisión Europea y con la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, en un mensaje que quiso ser sobre todo de unidad frente al desafío de Moscú.
"Todas las opciones están encima de la mesa", dijeron en su comunicado. En particular cortar el acceso a Swift para las instituciones financieras rusas, cuyos potenciales efectos van a ser objeto de un análisis encargado a la Comisión Europea y al BCE que se va a hacer "en las próximas horas", precisó Bruno Le Maire, el ministro francés.
Le Maire, anfitrión del encuentro, afirmó que su país está a favor de vetar a Rusia el acceso a Swift, pero que otros -a los que no quiso identificar- han manifestado "reservas" y hay que tenerlas en cuenta, en particular porque esa es "el arma nuclear financiera".
España es uno de los Estados miembros de la UE que apoya privar inmediatamente a Rusia a Swift, como también ha respaldado la adopción de las medidas más duras, señaló hoy la vicepresidenta económica del Gobierno español, Nadia Calviño.
"La posición de España es la de apoyar la adopción de las medidas más contundentes y eficaces, medidas proporcionadas a la agresión que estamos viviendo", declaró Calviño en conferencia de prensa.
DOBLEGAR LA ECONOMÍA RUSA
Pero más allá de si se recurre o no a ese mecanismo, se mostró convencido junto a su colega alemán, Christian Lindner, de que el tren de sanciones que se ha puesto en marcha "van a golpear duramente Rusia y la economía rusa. Nuestro objetivo es doblegar la economía rusa".
Todos admitieron que la economía europea no saldrá indemne de esta guerra ni de su corolario en forma de sanciones o de represalias que podría tomar a su vez Moscú y que podría llegar al cierre del grifo de los hidrocarburos.
Pero como dijo el responsable francés de Finanzas, "lo que está en juego es la defensa de nuestros valores, la libertad y la soberanía de los pueblos. Todo eso tiene un precio y nos lleva a tomar una serie de decisiones difíciles".
"Pero esos valores, que son la libertad o la defensa de la soberanía de los pueblos no tienen precio", recalcó.
Lagarde señaló que aún es prematuro evaluar el impacto económico de la guerra, pero anticipó que habrá un repunte de la inflación -su institución publicará nuevas previsiones el próximo 10 de marzo- y también más incertidumbre.
Recordó que los dos mandatos que tiene el BCE son garantizar la estabilidad de precios y la estabilidad financiera, y por eso garantizará tanto la liquidez del mercado como los medios de pago.
Lagarde dio largas sobre las especulaciones de alguna posible subida de tipos de interés durante este año: "Sería prematuro" responder en este momento a esa pregunta -indicó- y antes de hacerlo se examinará la situación "en detalle".
LA ECONOMÍA EUROPEA NO SE VERÁ PARALIZADA
La Comisión Europea, por boca de su vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, también admitió que la situación de incertidumbre que ha generado la guerra en Ucrania "es muy grande" y puede afectar al crecimiento en la UE.
Pero insistió en que "la economía no va a verse paralizada" e hizo notar que para este año en sus últimas previsiones auguraban una progresión del producto interior bruto (PIB) del 4 % y "la actividad y el crecimiento deberían mantenerse aunque habrá claramente un impacto en nuestras economías".
La ministra española, Nadia Calviño, consideró que su país "tiene una menor exposición" a Rusia que otros miembros de la UE, con una dependencia más baja de las compras de hidrocarburos.
Aun así, Calviño pidió que los Veintisiete que se pongan en marcha medidas de apoyo, sobre todo al sector agroalimentario, que tiene en Rusia un importante mercado para la exportación y, sobre todo, que se tengan en cuenta sus demandas para reformar las reglas de fijación de los precios mayoristas de la energía.
El objetivo de España y de otros socios comunitarios con esa reforma es que los precios del kilovatio sean menos dependientes del gas, que es el motivo principal de que desde hace casi un año los precios de la electricidad se hayan disparado.
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