Madrid, 20 nov (EFE).- Las bolsas latinoamericanas aportaron solo en 2013 más de 50.000 millones de dólares -unos 40.000 millones de euros- a las empresas de la región, el doble que un año antes, pese a que el acceso a los mercados es aún limitado y se concentra en las compañías de mayor tamaño.
En concreto, y citando datos de la Federación Mundial de Bolsas, el presidente de BME, Antonio Zoido, ha destacado que la Bolsa de Santiago de Chile y la de Sao Paulo -con su índice Bovespa- se sitúan entre las quince que mayor financiación canalizaron a sus empresas en 2013.
La Bolsa española logró 40.600 millones de dólares, la primera en Europa y la tercera del mundo, sólo por detrás de Nueva York y Shanghái (China), ha añadido.
Durante la inauguración del XVI Foro Latibex, que durante dos días reúne en Madrid a 45 empresas latinoamericanas con más de 300 inversores analistas e intermediarios financieros europeos, el presidente de la Bolsa española ha recalcado que es imprescindible ampliar el acceso a los mercados de valores a las pymes, para que puedan crecer, internacionalizarse y ser más competitivas.
Los flujos de inversión entre España y Latinoamérica, ha dicho, son continuos, pero es obligado diversificar las fuentes de financiación, y ahí juegan un papel fundamental los mercados de renta variable.
El secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, que ha inaugurado las jornadas, ha indicado que estos flujos son crecientes "en ambas direcciones", con una tendencia creciente y que permite que la inversión directa española es ya una de las principales en países como México o Brasil.
Si bien es cierto que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una desaceleración del crecimiento a medio plazo, esto "no debe enmarcar una realidad de éxito", pues a nivel agregado la región mantiene tasas de crecimiento económico razonable.
El vicepresidente del Banco Santander, Matías Rodríguez Inciarte, por su parte, ha dicho que el nuevo continente se ha mantenido en general ajeno a la crisis soberana que atravesó Europa en los últimos años, y ha destacado en particular la fortaleza de las entidades financieras, algunas de las cuales ya cumplen de sobra con los requisitos de la normativa europea Basilea III.
El sistema financiero latinoamericano, ha explicado, se tendrá que adaptar a los nuevos marcos, cada vez más exigentes, pero en su opinión, los bancos de la región están perfectamente preparados para estos desafíos.
La actividad bancaria en América Latina se debe centrar en la financiación a pequeñas y medianas empresas, y en el caso del Santander, que cumple este año 60 de presencia en el continente americano, la región seguirá siendo uno de los motores del banco.
Y es que la aportación de las filiales latinoamericanas ha pasado del 32 % en 2007 a aproximadamente el 40 % actual, y "en estos años en los que la recesión ha golpeado la cuenta de resultados en España, nuestra franquicia ha jugado un papel compensador clave", ha añadido Rodríguez Inciarte.