Por Isla Binnie y Andrés González
MADRID (Reuters) - Los accionistas de DIA (MC:DIDA) respaldaron el miércoles un plan de rescate de la cadena de supermercados española en una junta que allana el camino para la oferta de compra del fondo de inversión del millonario ruso Mijaíl Fridman.
Los supermercados de descuento de DIA han perdido cuota de mercado en los últimos años mientras la economía española se recuperaba de una larga recesión.
Para comenzar su plan, el fondo LetterOne (L1) de Fridman, el principal accionista de DIA con un 29 por ciento del capital, propuso una ampliación de capital por importe de 500 millones de euros.
La votación de los accionistas a favor de esta ampliación era una condición para que L1 lance una opa con el objetivo de hacerse con alrededor del 70 por ciento del capital de DIA que todavía no posee.
Los accionistas rechazaron una propuesta alternativa del consejo de administración de la empresa.
Stephan DuCharme, socio director de L1, dijo que el fondo trabajaría ahora rápidamente para asegurarse la aprobación regulatoria de su oferta de compra, después de la cual realizaría la ampliación de capital.
"Los accionistas tienen que tomar una decisión: aceptar la oferta de L1 y vender sus acciones a 0,67 euros por acción o mantener sus acciones y aceptar el riesgo de un futuro incierto para el negocio", dijo DuCharme.
Las acciones de DIA, que bajaron un 90 por ciento en 2018, subían el miércoles tras la junta un 2,58 por ciento, pero seguían en 0,63 euros. La oferta de L1 valora DIA en alrededor de 410 millones de euros.
L1, que controla la británica Holland & Barrett, ha resaltado el conocimiento del sector que tiene su equipo, en el que hay antiguos ejecutivos de LIDL, la rusa X5 Retail Group y la francesa Carrefour (PA:CARR).
UN AÑO CONVULSO
El plan del consejo formaba parte de un acuerdo con los acreedores -firmado en diciembre tras tres advertencias sobre sus beneficios futuros en 12 meses- para realizar una ampliación de capital de 600 millones de euros a cambio de una urgente inyección de liquidez.
Ante la necesidad de realizar un importante desembolso para no ver diluida su participación si se llevaba a cabo dicha operación, L1 lanzó una opa sobre la empresa.
Rezagado ante competidores como la española Mercadona y la alemana Lidl, que han arrebatado clientes a DIA con importantes inversiones en sus formatos, la cadena cotizada registró fuertes pérdidas en 2017 y 2018.
A los problemas de DIA se suma el hecho de que tiene que reequilibrar su balance, ya que se encuentra en patrimonio negativo, lo que supone una quiebra técnica.
"Los últimos doce meses constituyen el periodo más difícil y convulso de la compañía desde su fundación", dijo el consejero delegado, Borja de la Cierva, a los accionistas.
DIA dice que podría mejorar el EBITDA en 2020 centrándose en los productos de su propia marca, vendiendo más frescos y ofreciendo promociones personalizadas como parte de un plan que también supondría el recorte de 1.500 empleos.
DIA dijo el martes que sus bancos habían aceptado extender deuda sindicada por un importe de 912 millones de euros si se lleva a cabo la emisión de acciones propuesta por el consejo.
Si la opa de L1 tiene éxito, heredará la responsabilidad de alcanzar un acuerdo con los acreedores y sobre cómo pagar 300 millones de euros en bonos que vencen en julio.
Según los cálculos de L1, la revitalización del grupo llevaría al menos cuatro o cinco años.
(Información de Andrés González, editado por Isla Binnie. Traducido por Rodrigo de Miguel en la Redacción de Madrid)