Mateo Sancho Cardiel
Nueva York, 6 nov (EFE).- Después de tres días de cierres mixtos, por fin Wall Street puso a sus tres índices de acuerdo en una jornada con indicadores fáciles de interpretar, lo que propició dos nuevos récords en el Dow Jones de Industriales y en el S&P 500.
Ya no había que interpretar la crisis de sobreoferta del petróleo. Las elecciones legislativas estadounidenses quedaron atrás. Y así, hoy por fin los inversores se entregaron a una jornada rutinaria de indicadores sin doble lectura que les hizo subir sin grandes aspavientos pero computando lo suficiente como para nuevos récords.
A saber: el Dow Jones ya ha alcanzado las 17.554,40 unidades y el S&P 500 empujó su plusmarca hasta los 2.031,18 enteros. Nasdaq, que ayer fue el que traicionó la tendencia alcista provocada por el espaldarazo a los republicanos en las elecciones legislativas, hoy subió un 0,38 % y está en 4.638,47 puntos.
Igual que ayer (y, probablemente, igual que mañana) los datos de empleo trajeron ánimo comprador a los inversores: un descenso de las peticiones del subsidio por desempleo en EE.UU. la semana pasada, hasta 278.000, por debajo de los 285.000 que esperaban los analistas, marcó el ánimo de la jornada.
Mientras en Estados Unidos la economía se va olvidando de lo que es tener a las entidades públicas protegiendo a los mercados, del otro lado del Atlántico,el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, se mostró más que dispuesto a aprobar más medidas no convencionales en caso de que sea necesario.
Y así, en este día de buenas noticias, siendo Disney la que presentaba sus cuentas trimestrales al cierre de los mercados (y con perspectivas más que positivas por un año en el que su filme "Frozen" ha arrasado en taquilla, banda sonora, mercadotecnia y demás), solo podían esperar un final feliz.
Con vistas a estas cifras, el gigante del entretenimiento ya subía un 1,10 % al terminar esta cuarta jornada en el parqué neoyorquino.
Pero la realidad, aun cuando es buena, no es como en las películas de Disney y, para cuando salieron los resultados anuales, que reflejaron un 22 % de aumento en los beneficios, los inversores pensaron que iban a ser todavía mayores y las acciones bajaron un 1,20 % en las operaciones electrónicas posteriores a los mercados.