Madrid, 22 feb (.).- La Unión Europea de Transportistas por Carretera (UETR), que preside la patronal española Fenadismer, junto con otras veinte organizaciones europeas representativas de la industria de fabricación de combustibles y la energía, piden a los estados miembros de la Unión Europea (UE) apostar por los ecocombustibles.
En una carta conjunta dirigida a los estados miembros han mostrado su preocupación por las decisiones que se están adoptando a nivel de la UE sobre las futuras normas de reducción de las emisiones de CO2 para los vehículos pesados, ya que "no reflejan debidamente el importante potencial de los ecocombustibles".
Las organizaciones temen que esta deficiencia "socave el éxito de la estrategia europea para una transición verde", según ha informado este jueves Fenadismer en un comunicado.
En la misiva, consideran "un error" basar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero "exclusivamente en los vehículos pesados eléctricos de batería o propulsados por hidrógeno".
Argumentan que los combustibles neutros en CO2 "pueden acelerar la transición hacia un sector pesado más sostenible, al proporcionar opciones adicionales respetuosas con el clima para la descarbonización del transporte por carretera".
Sin embargo, en lugar de adoptarse diversas soluciones respetuosas con el clima para frenar las emisiones del transporte, las instituciones europeas "siguen tratando a los combustibles renovables del mismo modo que los fósiles y consagran un marco restringido que, de facto, sólo permite el despliegue de tecnologías de propulsión basadas en hidrógeno y baterías eléctricas".
Por ello, critican que la Comisión Europea no apueste claramente por los combustibles neutros en CO2 como parte del proceso de descarbonización, para que, de este modo, los fabricantes y las empresas de transporte alcancen los objetivos de reducción de emisiones y evitar posibles perturbaciones en el funcionamiento de las cadenas de suministro y garantizar el desempeño económico de las empresas de transporte.
Las organizaciones firmantes de la carta conjunta consideran que el sistema de transporte no puede correr el riesgo de seguir un camino restringido hacia la descarbonización y apuestan por una estrategia basada en la disponibilidad de múltiples soluciones, basadas en tecnologías maduras y asequibles.