Madrid, 2 feb (.).- Marruecos podrá desembarcar en alguna planta de regasificación de España gas natural licuado (GNL) que adquiera en los mercados internacionales y utilizar el gasoducto del Magreb -por el que ya no llega a España gas desde Argelia- para llevarlo a su territorio.
Marruecos ha pedido a España apoyo para garantizar su seguridad energética y España ha respondido positivamente a su petición, "como corresponde hacer con cualquier otro socio o vecino", han indicado este miércoles fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica español.
Argelia decidió cerrar desde el pasado 1 de noviembre el suministro de gas argelino por el Gasoducto Magreb Europa (GME (NYSE:GME)), operativo desde noviembre de 1996 y que suministraba gas natural argelino a España a través del territorio marroquí, debido a la ruptura de relaciones entre Rabat y Argel.
Con su cierre, Marruecos perdía unos 200 millones de dólares (unos 177 millones de euros) anuales en derechos de paso y parte del gas con el que producía el 12 % de su electricidad.
Para afrontar esta nueva situación, el Gobierno marroquí ha revisado su plan gasístico y planea crear una unidad flotante de gas licuado para alcanzar en 2040 una producción de más de 3.000 millones de metros cúbicos anuales de este combustible.
Marruecos consume alrededor de 1.000 millones de metros cúbicos de gas al año.
España recibía a través de ese gasoducto el 25 % de su aprovisionamiento de gas natural, lo que le forzó a aumentar el suministro que recibe a través del otro gasoducto que la conecta con Argelia, el de Megdaz, y a recibir el resto de gas natural a través de buques metaneros en forma de gas natural licuado.
El gasoducto Medgaz tiene ya lista su ampliación de 8 a 10 bcm (10.000 millones de metros cúbicos), una capacidad adicional que está previsto que entre en servicio este mes.
La infraestructura se ha vuelto aún más estratégica después de que Argelia decidiera cerrar el paso de su gas por el gasoducto Magreb Europa.
España cuenta con seis plantas de regasificación, donde el gas en estado líquido que se descarga se convierte en gaseoso, y concentra un 25 % de la capacidad de regasificación en Europa.