Vitoria, 5 jul (.).- La oferta de Mercedes Vitoria para renovar el convenio ha roto la unidad sindical y, mientras la mayoría del comité -UGT, CCOO, PIM y Ekintza- ha decidido "aplazar" la huelga de mañana para seguir negociando, ELA, LAB y ESK la mantienen y también las del jueves y el viernes que habían convocado por separado.
Empresa y comité han retomado este martes las conversaciones sobre el convenio después de tres huelgas que han logrado paralizar la producción y en víspera de un encuentro en Alemania entre el lehendakari, Iñigo Urkullu, con el CEO de Mercedes-Benz Vans, Mathias Geisen, para defender la inversión de 1.200 millones euros en Vitoria, que está condicionada a la firma del convenio.
La dirección de Mercedes, la mayor empresa de Euskadi con casi 5.000 puestos de trabajo directos y otros 30.000 indirectos, ha ofrecido una paga de 2.000 euros no consolidables con cargo a 2021 -el convenio ya había caducado para entonces- y una subida del 5 % para este año.
Plantea además una nueva paga de 750 euros a cobrar anualmente cada septiembre a partir de 2022, una subida del 2 % para 2023, 2024, 2025 y 2026; y una bonificación de 500 euros por producciones mayores a 200.000 furgonetas.
Se compromete además a que haya 250 contratos relevo durante la duración del convenio, a convertir 150 contratos temporales adicionales en fijos este año y a crear 150 "puestos protegidos".
En el capítulo de flexibilidad, la jornada anual se mantendría en 214 días y habría una nueva regulación de turnos en fin de semana que obligaría a avisar con mayor antelación. Además la flexibilidad se limita a la actual, que es de un máximo de 20 días entre sábados y domingos.
La dirección recoge también la contratación de un equipo nuevo para trabajar sábados, domingos y festivos para fabricar más de 190.000 furgonetas al año. Este equipo supondría el 80 % del turno, que se completaría con voluntarios de plantilla a cambio de un plus de 4.500 euros al año y una reducción de jornada de 200 horas.
Mercedes entiende que con este planteamiento ha hecho "un avance importante" y ha mostrado "su voluntad de llegar a un acuerdo", han explicado fuentes de la compañía.
Sin embargo, su oferta ha sido recibida de manera dispar por los sindicatos, que durante el proceso negociador de los últimos meses han actuado en dos bloques separados, aunque coinciden en rechazar un aumento de la flexibilidad y en pedir subidas salariales acordes al IPC.
De hecho, solo una de las tres jornadas de huelga de junio ha sido unitaria, la del día 30. El día 29 solo convocaron ELA, LAB y ESK y el 22 se movilizaron todos, pero en convocatorias distintas. A pesar de todo, las tres huelgas fueron ampliamente respaldadas por la plantilla y lograron parar la producción.
Tras la reunión de hoy, el comité tampoco ha sido capaz de ponerse de acuerdo en los pasos a dar. La mayoría se ha descolgado de la huelga de mañana -que era unitaria- para "apostar por la negociación" y tratar de "llegar a un acuerdo, en el que la plantilla se vea recompensada".
UGT, CCOO, PIM y Ekintza entienden que la dirección ha aceptado parte de sus reivindicaciones, aunque "queda camino para mejorar el apartado económico" y hay pendientes "otras cuestiones que tendrán que avanzar en las próximas reuniones", la próxima de las cuales será este mismo jueves.
Sin embargo, los otros tres sindicatos consideran que la oferta de la empresa "sigue siendo insuficiente" ya que, entre otras cuestiones, "se pierde poder adquisitivo" al no igualarse las subidas salariales al IPC, por lo que mantienen las huelgas para el miércoles, el jueves y el viernes.
La primera de estas jornadas coincide mañana con la reunión entre Urkullu y Geisen, en la que también participará el director de la fábrica de Vitoria, Emilio Titos. En la cita el lehendakari tratará defender la "idoneidad" de la planta vasca para coger la "estratégica" inversión de 1.200 millones que posibilitarían la modernizar las instalaciones y duplicar su capacidad de producción.
El portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha enmarcado la reunión en la relación permanente que se tiene con Mercedes-Benz y con sus proyectos para "asegurar su continuidad en Vitoria y ofrecer el territorio como una oportunidad para nuevas inversiones".
La conflictividad en Mercedes preocupa a las instituciones vascas que han hecho continuos llamamientos al entendimiento. Hoy mismo la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, ha pedido a empresas y comité que cedan "para acercar posturas que lleven a un acuerdo".
Por su parte, el diputado general de Álava, Ramiro González, ha reclamado "flexibilidad por ambas partes" para "desbloquear la situación", porque no solo "se juegan mucho" Mercedes y sus trabajadores, sino también las empresas auxiliares y el conjunto del territorio.
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