Investing.com -- Moody's Ratings ha elevado las calificaciones de emisor en moneda extranjera y local a largo plazo del Gobierno de Argentina de Ca a Caa3. Asimismo, la perspectiva del país ha pasado de estable a positiva.
Esta mejora refleja el exitoso cambio de política del gobierno que ha facilitado ajustes fiscales y monetarios, contribuyendo a la estabilización de la economía y las finanzas externas. Como resultado, se ha reducido la probabilidad de un evento crediticio. No obstante, persisten riesgos considerables en cuanto a la capacidad del país para hacer frente a los próximos pagos de deuda externa. Estos riesgos podrían derivarse de la eliminación de los controles de capital y de cambio o de choques negativos que pudieran desencadenar un evento crediticio con pérdidas sustanciales para los tenedores de bonos.
La perspectiva positiva sugiere la posibilidad de mejoras adicionales en la calificación a medida que Argentina continúa su ajuste macroeconómico. Una transición fluida hacia una cuenta de capital más abierta sería coherente con calificaciones más altas.
Paralelamente, Moody's ha retirado, por razones comerciales, las calificaciones de emisor a corto plazo en moneda extranjera y local de Argentina, ambas anteriormente en Not-Prime (NP), sus calificaciones senior no garantizadas en moneda extranjera y local, anteriormente en Ca, y su programa de estantería senior no garantizado en moneda extranjera, anteriormente en (P)Ca. Los techos de moneda local y extranjera del país se mantienen en B3 y Caa1 respectivamente.
La mejora de las calificaciones se fundamenta en el fortalecimiento de los fundamentos crediticios de Argentina durante el último año, gracias a ajustes de política efectivos que han estabilizado el entorno macroeconómico. La administración del presidente Javier Milei, que asumió el cargo el 10.12.2023, implementó ajustes fiscales decisivos y medidas para frenar el financiamiento monetario, que han sido eficaces para abordar los desequilibrios económicos.
Estas medidas han propiciado una mejora drástica en las cuentas fiscales, impulsada por recortes generalizados del gasto, lo que ha resultado en una reducción sustancial de la carga de la deuda gubernamental. Se prevé que la deuda del gobierno continúe disminuyendo, aproximándose al 50% del PIB para 2026.
El ajuste fiscal permitió al banco central adoptar una postura de política monetaria restrictiva, lo que contribuyó a reducir la inflación desde niveles muy elevados. Tras alcanzar un máximo del 25,5% en diciembre de 2023, la inflación mensual cayó a un solo dígito en marzo de 2024 y ha desacelerado de manera constante, proyectándose alrededor del 40% para 2025.
La liquidez externa de Argentina ha mejorado gracias a una amnistía fiscal que atrajo casi 20.000 millones de dólares en activos mantenidos en el extranjero, y a medidas para captar flujos adicionales de divisas, permitiendo a las autoridades incrementar gradualmente las reservas internacionales.
Sin embargo, a medida que Argentina avanza hacia la siguiente fase del período de ajuste macroeconómico, que implica la eliminación de los controles de capital y de cambio, podrían surgir nuevos desafíos que podrían comprometer el progreso logrado hasta la fecha.
La perspectiva positiva se basa en el avance continuo del gobierno en su programa de estabilización macroeconómica. La posibilidad de que Argentina entre en un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) reforzaría aún más la posición de liquidez externa del país. Esto ayudaría a afianzar la confianza de los inversores nacionales y extranjeros, permitiendo al soberano recuperar el acceso al mercado externo y diversificar las fuentes de financiamiento.
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