Por Sisipho Skweyiya
CIUDAD DEL CABO, 24 dic (Reuters) -Caden Khayo se encuentra en la puerta de un bar de la Long Street de Ciudad del Cabo, ansioso por aprovechar al máximo esta Navidad tras meses de restricciones y preocupaciones por el COVID-19.
Muchos temían que se repitiera el confinamiento de las fiestas del año pasado, después de que Sudáfrica se convirtiera en uno de los primeros países en identificar la nueva variante ómicron, que se contagia más rápido que versiones anteriores.
Sin embargo, el presidente Cyril Ramaphosa no ha ordenado ninguna nueva restricción esta vez. Ha instado a la gente a ser cuidadosa y ha dejado que los bares sigan sirviendo cerveza, por ahora.
"Es Navidad, tenemos que estar alegres", dice Khayo, de 30 años, mientras alrededor los bebedores se mueven de un club a otro.
"El año pasado estábamos en casa. Estábamos encerrados y todo eso. Pero esta vez, estamos aquí, nos divertimos. Eso es algo bueno".
Cientos de personas han acudido a los bares, clubes y lugares de reunión bohemios que se encuentran a lo largo de los tres kilómetros de la calle.
En Johannesburgo, varios miles de personas han acudido a disfrutar de las exhibiciones de luces que han llenado la zona comercial de Melrose Arch con renos parpadeantes, osos de peluche gigantes y árboles de Navidad brillantes.
El toque de queda a medianoche sigue vigente. Los dueños de los bares se mantienen cautos, atentos a más restricciones o a la vuelta de la prohibición de alcohol que se impuso en junio.
Sin embargo, por ahora, muchos ven con optimismo los programas de vacunación y los datos que sugieren que los infectados por ómicron tienen muchas menos probabilidades de acabar en el hospital que los de la cepa delta.
En la Long Street, el negocio de las comidas, en particular, está resistiendo bien, dice Prince Kabare, director general del bar Beerhouse.
"Estamos entre un 30% y un 40% mejor que el año pasado, así que es una buena señal", añade. "Ahora podemos recuperar parte del personal y ponernos en marcha".
En el exterior, al anochecer, policías con mascarilla vigilan el tráfico fluido por las abarrotadas calles.
"Todo el mundo está aquí de fiesta. Miren este lugar", dice el turista Jason Smuts. "Es bueno ver que todo el mundo lleva sus mascarillas, y yo me he vacunado, espero que todo el mundo se haya vacunado. Va a ser positivo".
(Escrito por Nqobile Dludla; editado por Tim Cocks y Andrew Heavens, traducido por Tomás Cobos)