Lisboa, 31 jul (.).- El Novo Banco, entidad creada tras la quiebra del Banco Espírito Santo (BES), perdió 555,3 millones de euros en el primer semestre, un 38,8 % más que un año antes, penalizado por el impacto de la pandemia y una evaluación independiente de su exposición a fondos de reestructuración.
En un comunicado difundido hoy, el banco explicó que hubo pérdidas de 260,6 millones de euros por "la evaluación independiente a los fondos de reestructuración", entidades a las que se transfieren activos tóxicos.
El Banco Central Europeo (BCE) ordenó que se realizase una evaluación independiente a la exposición del Novo Banco a estos fondos, que concluyó que tienen un valor de mercado de 557 millones de euros, lo que supone una pérdida potencial de 260,6 millones respecto a la inversión inicial de la entidad.
Los resultados del Novo Banco también reflejan un impacto de 138,3 millones por las provisiones adicionales para cubrir los riesgos de crédito derivados de la pandemia, otros 78,7 millones relacionados con la cobertura de riesgo de la tasa de interés de los títulos de deuda portuguesa y 26,9 millones de refuerzo de provisiones "para reestructuración", recoge el comunicado.
La entidad espera que el nivel de provisiones "se mantenga elevado en los próximos trimestres" debido al COVID-19.
La actividad corriente del banco arrojó 34 millones de beneficios, lo que supone una mejora frente a las pérdidas de 75 millones que había registrado el pasado trimestre.
La parte "legacy", como se denomina al legado del antiguo BES, generó 493,7 millones en pérdidas.
El producto bancario del grupo -equivalente a los ingresos- se redujo un 1,5 %, hasta los 317 millones de euros.
El margen financiero mejoró un 3,2 % y se situó en 270,8 millones, mientras que los costes operativos se redujeron el 5,4 %, hasta 230,1 millones, por la "simplificación de procesos" y la "optimización de estructuras" derivadas de la disminución del número de oficinas y empleados.
En el último años salieron 138 trabajadores del grupo, que emplea a 4.855 personas, y se cerraron 15 sucursales.
El ratio de crédito moroso pasó del 20,7 % en marzo de 2020 a 10,2 % en el mismo mes de este año.
Por el contrario, la solvencia empeoró y el ratio Common Equity Tier I se situó en el 12 % (13,5 % al cierre de 2019) "debido principalmente a la disminución de los capitales propios impactados por los efectos de la pandemia".
El Novo Banco nació en agosto de 2014 tras la quiebra del BES y fue recapitalizado entonces con 4.900 millones.
La entidad es propiedad del fondo estadounidense Lone Star, que tiene el 75 % del capital, y el Estado portugués, con el 25 % restante.
En los últimos tres años tuvo que recibir casi 3.000 millones de euros en inyecciones de capital, parte de los cuales proceden de préstamos del Estado.
Estas inyecciones se realizan a través del llamado mecanismo de capital contingente, un instrumento que se activa para hacer frente a las pérdidas derivadas de los activos problemáticos heredados del BES.
El Novo Banco estima que las pérdidas registradas este primer semestre le llevarán a pedir otros 176 millones de euros a través de este mecanismo.