Tokio, 27 abr (EFE).- El Banco de Japón (BOJ) adoptó hoy nuevas y esperadas medidas de flexibilización monetaria para respaldar la recuperación de la tercera economía mundial y combatir la deflación crónica, al tiempo que pronosticó un crecimiento del 2,3 por ciento del PIB este año fiscal.
La junta de política monetaria del BOJ mantuvo hoy una reunión de un día que culminó con el anuncio de una ampliación de 5 billones de yenes (unos 46.700 millones de euros) de su programa de compra de activos, nacido en 2010 para inyectar liquidez al sistema bancario y reforzar la confianza del mercado.
Este incremento eleva el programa hasta 70 billones de yenes (652.000 millones de euros), una cifra con la que los inversores ya especulaban desde hace días y que supone el segundo aumento en los últimos dos meses, tras otro efectuado en febrero.
Sí fue una sorpresa en cambio el anuncio de que, como parte de la iniciativa, se destinarán 10 billones de yenes (unos 93.780 millones de euros) a comprar bonos del Gobierno nipón en manos de instituciones financieras, algo que los inversores acogieron con optimismo.
El objetivo de este incremento es dar más liquidez al sistema y contribuir al respaldo de las actividades empresariales, especialmente golpeadas en las zonas asoladas por el terremoto y tsunami que el año pasado arrasó el noreste del país.
En el último mes la economía japonesa se ha mantenido "más o menos plana", según indicó tras la reunión el BOJ, que decidió mantener los tipos de interés en el bajísimo nivel de entre el 0 y el 0,1 por ciento en que se encuentran desde 2010.
Poco después de anunciarse las nuevas medidas del BOJ el Nikkei ganó de golpe cerca del 1 por ciento y el dólar y el euro se apreciaron frente al yen, para alivio de los exportadores, pero el efecto duró poco y la recogida de beneficios, junto con la preocupación por Europa, hizo que el parqué acabara en negativo.
Además, a última hora el yen local recuperaba su fortaleza y se movía en torno a la banda baja de las 80 unidades frente al dólar y las 106,4 frente al euro.
En cualquier caso, el objetivo declarado del BOJ con la medida de hoy es combatir la deflación crónica, el gran caballo de batalla de Japón, y acercarse a la meta, establecida el pasado mes de febrero, de lograr una inflación estable del 1 por ciento.
Se trata de un objetivo que la entidad ya ha asumido no se cumplirá ni este año ni el que viene, para los que prevé un IPC del 0,3 y 0,7 por ciento, respectivamente, así que todo apunta a que mantendrá su política de flexibilización monetaria al menos otros dos años.
El Banco Central nipón destacó hoy que la recuperación económica de EEUU y una menor preocupación por la crisis de deuda en Europa han permitido que Japón "esté girando hacia una fase de recuperación".
Según el gobernador del BOJ, Masaaki Shirakawa, con las medidas adoptadas en los últimos meses el banco nipón pretende dar "una mayor seguridad" de que la economía japonesa regrese a una senda de crecimiento sostenido con estabilidad de precios.
En este contexto, la entidad cree que la recuperación de Japón, que en 2011 vivió un año negro a causa del devastador terremoto y tsunami de marzo y la crisis nuclear posterior, se reflejará ya en el producto interior bruto (PIB) del año fiscal que ha comenzado este mes.
Según las revisiones al alza dadas a conocer hoy, el PIB nipón crecerá este año un 2,3 por ciento, tres décimas más de lo estimado en enero, mientras que en el ejercicio 2013 lo hará un 1,7 por ciento, una décima más de lo previsto.
Para el año fiscal que acaba de concluir el 31 de marzo, el Banco de Japón ya indicó en enero que espera una contracción del PIB, que podría rondar el 0,2 por ciento.
La reunión del BOJ tuvo lugar el mismo día en que la difusión de varios indicadores mostraron una tendencia positiva en la economía nipona en marzo, con un crecimiento de la producción industrial del 1 por ciento, el mantenimiento de la tasa de desempleo en el 4,5 por ciento y un aumento de precios del 0,2 por ciento. EFE
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