Bruselas, 28 jun (EFE).- Francia y Alemania mostraron hoy las diferencias que mantienen sobre la creación de una autoridad única para la liquidación de los bancos europeos con dificultades, una cuestión que levanta ampollas en ambos países por la cesión de poderes a Bruselas que podría suponer.
Berlín exige que aquellos avances que supongan el refuerzo del rol de la Comisión Europea (CE) en la ejecución de los futuros rescates bancarios y una mayor mutualización de los riesgos entre los Veintisiete pasen por una reforma de los tratados europeos, un proceso que podría llevar meses.
"Si se crean nuevas competencias, esto tiene que hacerse mediante un cambio en los tratados", afirmó la canciller alemana, Angela Merkel, al término de la cumbre de dos días que han mantenido los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE).
"Hemos advertido que en los tratados (europeos), la Comisión Europea no tiene competencia para dirigir o ser la agencia de resolución", añadió en referencia a la propuesta que el Ejecutivo europeo presentará en los próximos días.
Previsiblemente, ésta concederá a la CE la última palabra a la hora de decidir la liquidación de un banco europeo con dificultades, según fuentes europeas.
En concreto, la autoridad única tomaría la forma de un órgano europeo sin poderes, al estilo del Consejo Europeo de Riesgo Sistémico, por lo que podrá recomendar la liquidación de un banco, pero esta operación deberá recibir el visto bueno de la Comisión Europea.
El presidente francés, François Hollande, se mostró contrario a emprender la modificación de los tratados y abogó por aprovechar el actual marco legislativo para seguir avanzando en la integración económica.
"Hemos dicho claramente que sin modificación del tratado podemos ir lo más lejos posible en la unión bancaria", dijo, y añadió que Francia solo respaldaría una reforma en este sentido si no hubiera otra alternativa desde un punto de vista jurídico, pero no por motivos políticos.
"Si resultase que jurídicamente es necesario reformar tratado, lo haríamos. Pero solo desde el punto de vista jurídico, no político", aseveró.
El texto que publicará la CE incluirá, en principio, la creación de un fondo de resolución europeo, una caja única para toda la zona del euro que se alimente de las contribuciones del sector financiero, para evitar recurrir a más dinero público.
Frente a esta opción, Alemania se ha mostrado en reiteradas ocasiones a favor de establecer una red de fondos de liquidación nacionales que cooperen entre ellos, aunque Merkel prefirió esperar a ver la propuesta final de la CE antes de comentar las diversas opciones.
"Esperaremos a la propuesta de la CE y luego trabajarán los ministros de Finanzas en ello", dijo.
Hollande aseguró que "todo estará listo a mediados de 2014 para que entre en vigor el mecanismo único de supervisión".
Merkel se refirió a los pasos pendientes dentro del proceso hacia una mayor integración de la Unión Económica y Monetaria (UEM), una cuestión debatida hoy por los Veintisiete en la cumbre.
En concreto, se refirió a los contratos vinculantes e individuales entre Estados miembros y la CE en los que se precisarán las reformas a las que se comprometen para mejorar su competitividad y su crecimiento a cambio de recibir fondos de apoyo de un mecanismo de solidaridad, si no pueden realizarlas con sus propios medios.
La canciller señaló que no se puede empezar la casa por el tejado y que antes de crearse el fondo solidario, tendrá que acordarse qué indicadores se tendrán en cuenta para medir la competitividad y fomentar el crecimiento.
Esta cuestión tendrá que definirse en la cumbre de octubre, para que los líderes diseñen en diciembre los contratos, "que deberán contar con la legitimación de los parlamentos europeos para ser realmente vinculantes para los gobiernos", en palabras de Merkel.
"Solo en última instancia se hablará del dinero y del mecanismo. No se ha hablado de la cantidad pero (el presidente del Consejo Europeo) Herman Van Rompuy ha dicho que podrían ser préstamos", afirmó.
El primer ministro italiano, Enrico Letta, afirmó que "Italia, Francia, España y Alemania insistimos fuertemente en la necesidad de no frenar la voluntad hacia una mayor integración" con la creación de los contratos.
Sin embargo, mostró sus reticencias a que la Comisión Europea asuma un "rol demasiado intrusivo" en la aplicación de las recomendaciones por países. EFE