Madrid, 30 mar (.).- El Gobierno ha autorizado este martes la licitación de los seis primeros contratos basados en los nuevos pliegos de contratación para la conservación de carreteras, que suponen un importante cambio respecto al modelo actual, por valor conjunto de 627,8 millones de euros.
Del importe total, 541 millones de euros son para Cataluña y 86,8 millones, para Aragón, correspondientes a los tramos de las autopistas de peaje AP-2 y AP-7, que revertirán al Estado en septiembre de 2021, tras la finalización de sus concesiones, ha informado el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) en un comunicado.
Los nuevos pliegos de contratación integran, además de servicios de vialidad y conservación ordinaria, prestaciones adicionales como la explotación económica de elementos funcionales ya existentes (áreas de servicios) y la ejecución de pequeñas obras de mejora de la funcionalidad de la carretera.
Los servicios de vialidad y conservación ordinaria de las carreteras incluyen actuaciones como vigilancia y atención accidentes e incidentes, vialidad invernal, control de túneles y comunicaciones o mantenimiento de instalaciones, entra otras.
Se separan, de forma expresa, los gastos e ingresos del contrato, estableciendo, de un lado, costes de conservación y explotación y pequeñas obras y, de otro, canon a abonar como contraprestación por el derecho de explotación de las áreas de servicio y otros servicios públicos.
Uno de los objetivos fundamentales del nuevo modelo es ofrecer al usuario un servicio integral que garantice la movilidad en unas condiciones adecuadas de calidad, vialidad y seguridad, lo que supone no sólo el mantenimiento de las vías de circulación, sino también ofrecer servicios complementarios para el descanso y el repostaje (áreas de servicio).
También se trata de aprovechar las sinergias que se obtienen al gestionar de manera conjunta cada tramo de carretera o mejorar el estado de la carretera a través de un incremento de la dotación destinada a la realización de las operaciones de conservación de los elementos constitutivos, tales como limpiezas y siegas, reparaciones de firmes o actuaciones en los sistemas de drenaje, entre otras.
Por su parte, la inclusión de pequeñas obras de conservación preventiva tiene por finalidad la rehabilitación, reposición y mejora de los elementos de la carretera mediante inversiones que superan el alcance previsto en los contratos vigentes.