Por Martin Santa
BRUSELAS (Reuters) - La inflación en la eurozona cayó en julio a su nivel más bajo desde el peor momento de la crisis financiera hace casi cinco años, según los datos publicados el jueves por Eurostat, poniendo de manifiesto los riesgos de deflación que afronta el Banco Central Europeo.
Los precios del consumo en los 18 países que comparten el euro crecieron un 0,4 por ciento en el año hasta julio, la subida anual más débil desde octubre de 2009, cuando cayeron un 0,1 por ciento, dijo la oficina europea de estadísticas.
La inflación subyacente - que excluye la energía, los alimentos, el tabacoy el alcohol - permaneció invariable en el 0,8 por ciento por segundo año consecutivo.
Los precios energéticos cayeron un 1,0 por ciento en el año hasta julio, después de subir un 0,1 por ciento en junio, mientras que los de los servicios aumentaron un 1,3 por ciento por segundo mes consecutivo.
En junio, el BCE recortó tipos y anunció otra serie de medidas para insuflar dinero en la renqueante economía de la eurozona, y añadió que estaba preparado para volver a actuar si las expectativas sobre la inflación se deterioraban respecto a los pronósticos.
El Banco celebra su reunión mensual el próximo jueves y los analistas esperan que no actúe, reflejando las indicaciones desde el Consejo de Gobierno de que hace falta más tiempo para valorar el impacto de sus últimas medidas sobre la economía real.
La inflación en la eurozona permanece atascada en lo que el BCE llama "zona de peligro" - por debajo del 1 por ciento - desde octubre del año pasado, y no se espera que vuelva a rebotar al objetivo del Banco de cerca pero por debajo del 2 por ciento ni siquiera en 2016, cuando se ha pronosticado que se situaría en el 1,4 por ciento.
La subida de los precios en Alemania, la mayor economía de Europa, se redujo en línea con las expectativas al 0,8 por ciento en julio desde el 1,0 por ciento, pocos días después de que el BCE y el Bundesbank hicieran énfasis en la necesidad de subir los salarios en el motor de la eurozona.