Ginebra, 12 sep (.).- Las autoridades suizas han anunciado este lunes que una zona cercana a la frontera con Alemania, entre los cantones nororientales de Zúrich y Argovia, será la ubicación de un futuro cementerio subterráneo de residuos radiactivos procedentes de las cuatro centrales atómicas del país centroeuropeo.
La cara norte del cerro Lägern, donde se situará el futuro cementerio nuclear, ha sido elegida frente a otras dos opciones (una en el este de los montes Jura y otra también próxima a Zúrich) porque ofrece una mejor barrera ecológica y mayor estabilidad de su base rocosa, ha explicado la Oficina Federal de la Energía en un comunicado.
La construcción de las instalaciones, que estarían operativas a mediados de siglo, costará unos 20.000 millones de francos suizos (20.700 millones de euros).
La búsqueda de un lugar de almacenamiento en capas geológicas profundas, a cargo de la Sociedad Cooperativa Nacional para el Depósito de Residuos Radiactivos (NAGRA), se ha prolongado durante 14 años, con la participación de las localidades implicadas y las regiones vecinas de Alemania, destacó el comunicado oficial.
El subsuelo de la zona de Lägern, indicaron los expertos, contiene unas arcillas opalinas con un importante potencial como barrera geológica para la radiactividad, más aún por los estratos rocosos que recubren esa capa subterránea.
La ley suiza contempla que los desechos de las centrales nucleares suizas se depositen en el mismo país, en cementerios subterráneos, estableciéndose en 2008 un proceso de búsqueda de localizaciones para éstos que debería concluir con una aprobación definitiva en 2030, si bien esa decisión será sometida a referéndum.
Hasta 1993, Suiza enviaba sus residuos de la producción de energía atómica a Francia y el Reino Unido, pero desde ese año los almacena en un depósito en Würelingen, también cerca de la frontera germana.
Ese depósito es considerado desde entonces por las autoridades helvéticas como un "centro de almacenamiento temporal" a la espera de soluciones a más largo plazo como el depósito geológico, una solución que también contemplan países como Suecia, Francia o Canadá.