Tokio, 4 nov (EFE).- La Bolsa de Tokio siguió hoy su trepidante ascenso llegando a su nivel máximo en siete años gracias a la fuerte devaluación del yen, después de que el Banco de Japón (BoJ) anunciara la ampliación de su agresivo plan de estímulo.
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró hoy con una subida de 448,71 puntos, un 2,73 por ciento, y se situó en 16.862,47 unidades, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, avanzó 35,09 puntos, un 2,63 por ciento, hasta 1.368,73 enteros.
A los pocos minutos de cotización, el Nikkei llegó a rozar una subida del 5 por ciento y alcanzó los 17.000 puntos, su nivel interdía más alto desde mediados de octubre de 2007.
El parqué tokiota, que no operó el lunes por ser día festivo en Japón, mantuvo así el ritmo alcista del pasado viernes, cuando cerró con una subida de casi un 5 por ciento.
Ese día, el Banco de Japón anunció de manera inesperada que va a intensificar su plan de estímulo con el fin de impulsar el crecimiento de la tercera economía del mundo.
La fuerte devaluación del yen frente al dólar, que se cotizaba en la franja alta de los 113 yenes frente a los 109 anteriores al anuncio del BoJ, ayudó a mantener la euforia y a que Tokio continuara con su escalada.
Sin embargo, el Nikkei redujo sus ganancias de cara al cierre de la sesión por la tendencia de algunos inversores a la recogida de beneficios tras las fuertes subidas de las dos últimas sesiones.
Por sectores, las casas de cambio fueron las que más se beneficiaron del anuncio del BoJ y Daiwa Securities avanzó un impresionante 12,3 por ciento, mientras que Nomura Holding lo hizo un 7,7 por ciento.
Las principales compañías exportadoras fueron las que más sintieron la fuerte devaluación de la divisa local y el fabricante de vehículos Fuji Heavy Industries ganó un 11,7 por ciento y el gigante tecnológico Panasonic subió un 6 por ciento.
En la primera sección avanzaron 1.198 valores, mientras que 563 retrocedieron y 72 cerraron en tablas.
El volumen de negoció ascendió a 5,430 billones de yenes (38.213 millones de euros), por encima de los 4,198 billones de yenes (30.063 millones de euros) de la víspera.