Por Orhan Coskun
ANKARA, 26 abr (Reuters) - El gabinete de Turquía debatirá el lunes la adopción de restricciones más duras, ya que el presidente Tayyip Erdogan intenta evitar que se pierda un segundo año de ingresos por turismo, según las autoridades.
Después de la última reunión del gabinete, hace dos semanas, cuando los casos de coronavirus se dispararon, Erdogan puso freno a las actividades sociales y a los viajes.
El total de casos diarios llegó a superar los 63.000 el 16 de abril, antes de caer bruscamente por debajo de los 39.000 el domingo.
Sin embargo, las autoridades del Gobierno turco dijeron que la caída no era suficiente y que los ministros estudiarían la posibilidad de imponer nuevas medidas que duren hasta las vacaciones del 13 al 15 de mayo, al final del mes del Ramadán, de forma que no afecten a la producción económica.
"Los casos... han disminuido durante unos días, pero esto no es suficiente. Un confinamiento total estará en la agenda del gabinete y esta opción debe ser implementada", dijo un alto cargo a Reuters, solicitando el anonimato.
Las medidas, aunque cuidadosas para permitir que la producción económica continúe, podrían cerrar los centros comerciales y exigir permisos especiales para los viajes interurbanos, dijo la persona. Los cafés y restaurantes ya están cerrados.
El viernes pasado, el ministro de Sanidad, Fahrettin Koca, dijo que las últimas restricciones habían dado algunos resultados, como un descenso del 20% de los casos en Estambul y un menor número de pacientes hospitalizados, aunque las unidades de cuidados intensivos seguían bajo presión.
También dijo que se endurecerían las medidas si no se materializaba el descenso de casos previsto.
Turquía ha registrado un total de 4,63 millones de casos de COVID-19, con un número de muertes de 38.358. Es el cuarto país del mundo con más casos diarios del virus y el primero por habitante entre los países más grandes, mientras que las muertes alcanzaron un máximo de 362 la semana pasada.
La caída en dos tercios de los ingresos por turismo el año pasado disparó el déficit por cuenta corriente de Turquía, presionando sus agotadas reservas de divisas y llevando a la lira a un mínimo histórico en noviembre.
(Escrito por Daren Butler; editado por Jonathan Spicer y Angus MacSwan, traducido por Michael Susin en la redacción de Gdansk)