Por Olaf Storbeck
LONDRES (Reuters Breakingviews) - Volkswagen (DE:VOWG_p) ha metido finalmente una marcha más. Herbert Diess, el responsable de la marca insignia de VW, ha convencido al poderoso comité de empresa para que le permita recortar 30.000 puestos de trabajo hasta 2020, tres cuartas partes de ellos en Alemania. El recorte afectará al 5 por ciento de la plantilla total del grupo.
El acuerdo, que prevé aumentar los ingresos anuales en 3.700 millones de euros, es el segundo paso importante este año. En octubre, un juez estadounidense aprobó un acuerdo de 15.000 millones de dólares para reparar los daños causados por la manipulación de las emisiones de diésel. Ahora, la empresa alemana con sede en Wolfsburgo está haciendo frente a sus retos futuros: la reducción de una mano de obra excesiva y la mejora de la modesta rentabilidad de la marca VW.
El siguiente paso será el lanzamiento de los coches eléctricos y sin conductor. Este reposicionamiento será doloroso y radical. Como los vehículos eléctricos son mucho menos complejos, una parte de la extensa red de producción de VW se volverá pronto obsoleta. El grupo necesitará menos motores de combustión, turbo cargadores y cajas de cambio. Pero el software y los servicios ganarán protagonismo. VW ha asignado 3.500 millones de euros al proceso de transformación de su red de producción en Alemania.
VW también podría mejorar el poco ambicioso objetivo de rentabilidad que acaba de fijar para su principal marca. Pese a la reducción de costes, Diess espera solo un margen de beneficio operativo del 4 por ciento en 2020. Es el doble de lo que la división logró en 2015, pero menos que sus rivales franceses Renault (PA:RENA) y Peugeot (PA:PEUP), y aún lejos del 6 por ciento al que aspiraba llegar su antecesor Martin Winterkorn. VW está tratando de superar su pasado, pero todavía podría esforzarse más.
(El autor es columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones expresadas son suyas.)