Lara Malvesí
Nueva York, 5 ene (EFE).- Wall Street cerró hoy mixto y frenó la notable caída con la que el lunes abrió el año gracias a la estabilización de la bolsa china tras un desplome sin precedentes que ha dejado en alerta a inversores de todo el mundo.
Los operadores en Nueva York protagonizaron una sesión volátil que arrancó con avances moderados en un intento por recuperar las fuertes pérdidas de la jornada anterior, aunque minutos después los tres índices se tiñeron de rojo durante gran parte del día.
"No puedo ver a un comprador en este momento. Demasiadas incertidumbres", opinaba el estratega de mercados de la firma RJO, John Caruso en declaraciones a la cadena financiera CNBC.
Al final, un cierre mixto que para muchos supo a victoria, teniendo en cuenta el potencial destructivo de un varapalo descontrolado de las bolsas asiáticas.
Wall Street no consiguió sin embargo contagiarse del buen ánimo con el que cerraron los mercados bursátiles de Europa, que terminaron hoy con buenos resultados tras las fuertes caídas de la víspera, mayores a las de Nueva York.
Más allá de China, el parqué se vio influido a la baja por fantasmas más cercanos, comenzando por el precio del crudo.
El petróleo de Texas, de referencia en Estados Unidos, bajó un 2,15 % y cerró en Nueva York a 35,97 dólares, una nueva caída que provocó descensos en las acciones del sector energético.
Además de las tensiones geopolíticas con Irán y las relaciones con Arabia Saudí, EE.UU. sigue preocupado por las consecuencias derivadas de un dólar fuerte que pone cuesta arriba las exportaciones. Por no hablar de los malos datos del euro.
Igualmente pesó en el rojo de Dow Jones la caída de Apple (O:AAPL), de -2,50 % después de conocerse que la compañía recortará un 30 % su producción de teléfonos "iphone" en 2016, todo un termómetro de desconfianza en el comportamiento de los consumidores de EE.UU. para este año.
Si hace un mes la Reserva Federal y su subida de tipos parecía la peor de las pesadillas para los inversores en el parqué neoyorquino, Wall Street estrena año con una variada parada de monstruos, externos e internos, que promete incertidumbre y volatilidad para un 2016 que, además, será el de nuevos comicios presidenciales en EE.UU.
Abrónchese los cinturones.