Mateo Sancho Cardiel
Nueva York, 24 sep (EFE).- Wall Street cerró hoy con dignidad una jornada en la que la palabra "batacazo" llegó a estar en boca de todos los analistas, pues el Dow Jones acabó retrocediendo un 0,48 % pero llegó a perder más de 250 puntos y vio peligrar la barrera de los 16.000.
Al final, el principal indicador de la bolsa de Nueva York quedó en los 16.201,32 puntos en una jornada en la que Caterpillar (NYSE:CAT) vio cómo toda su maquinaria pesada caía sobre sus cotizaciones (se depreciaron más de un 6 %) tras anunciar que recortaba su plantilla en 5.000 empleados.
Esta noticia provocó un efecto de alarma quizá desproporcionado en los tres índices de Wall Street, que se tomaron casi como una señal de mal agüero la crisis de una de las 30 mayores empresas de Estados Unidos de cara al primer discurso público de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, desde que decidió la semana pasada no subir todavía los tipos de interés y que tendrá lugar después del cierre.
Mañana, entonces, se levantarán en Wall Street marcados por las palabras de Yellen, o quizá los matices o los silencios, pues sus apariciones públicas siempre son puestas al microscopio.
También fuera de tiempo se han conocido los resultados de la fabricante de ropa deportiva Nike (NYSE:NKE), que aunque se despidió de la jornada con un descenso del 0,51 % disfrutaba a esta hora de una subida del 7,20 % en las operaciones electrónicas posteriores al cierre. Esa fue la buena noticia de hoy.
Sí repercutieron en las cifras de la sesión de hoy dos datos macroeconómicos: el Departamento de Comercio anunció que los pedidos de bienes duraderos a las fábricas del país cayeron un 2 % en agosto, y el Departamento de Trabajo publicó que las solicitudes semanales del subsidio de desempleo en sumaron otras 3.000 la semana pasada y se situaron en 267.000, por debajo de lo que habían previsto los analistas.