Nueva York, 12 ene (.).- El banco estadounidense Wells Fargo (NYSE:WFC) obtuvo en 2023 un beneficio neto de 19.142 millones de dólares (17.490 millones de euros), un 40 % más respecto al año anterior, gracias a un entorno de elevados tipos de interés y una "sólida disciplina crediticia", ha informado este viernes la entidad.
En el cuarto trimestre del año, el banco registró un beneficio neto de 3.446 millones de dólares (3.148 millones de euros), un 9 % por encima del resultado del mismo periodo del ejercicio anterior.
La cuarta entidad estadounidense por activos y una de las más importantes en el negocio hipotecario, cerró 2022 con una caída del 39 % en sus ganancias y había anunciado planes para reducir significativamente su cartera de servicios como administrado de hipotecas.
"Nuestros resultados mejorados de 2023 se beneficiaron de un entorno económico sólido y de unos altos tipos de interés", ha destacado el consejero delegado, Charlie Scharf, que subraya al mismo tiempo que la "persistente dedicación a la eficiencia y a una sólida disciplina crediticia fueron también factores importantes".
Los ingresos netos por intereses disminuyeron un 5 % en 2023, debido a menores saldos de depósitos y créditos, un factor que quedó parcialmente compensado por el impacto de las mayores tasas de interés.
Los ingresos no generados por intereses aumentaron en cambio un 17 %, impulsados por la mejora en los resultados del negocio de capital riesgo, mayores comisiones en la banca de inversión y un incremento en las comisiones basadas en activos relacionados con la gestión de patrimonios e inversiones.
De cara al futuro, el banco destaca que sus resultados continúan siendo "sensibles a los tipos de interés y a la salud de la economía estadounidense", al tiempo que resalta su confianza en que las decisiones que está tomando "conducirán hacia sólidos rendimientos".
En marzo de este año, Wells Fargo fue multado con 98 millones de dólares (89,5 millones de euros) por violar las sanciones de Washington contra Irán, Siria y Sudán.
Las autoridades estadounidenses acusaron a Wells Fargo de llevar una "supervisión inadecuada" que permitió a una subsidiaria violar las restricciones impuestas por Washington al suministrar servicios a un banco extranjero que, a su vez, procesó transacciones prohibidas por valor de 532 millones entre 2010 y 2015.