Por Marton Dunai
BUDAPEST (Reuters) - Un partido político parodia se está burlando de la retórica antiinmigración del Gobierno de Hungría, sugiriendo que su primera prioridad debería ser alentar a los húngaros que han emigrado al extranjero en busca de trabajo a que vuelvan a casa.
El primer ministro derechista Viktor Orban ha levantado un gran escándalo en su país y en el extranjero con su duro discurso contra la inmigración, en un momento en que su partido Fidesz ha estado perdiendo apoyos en favor del partido de ultraderecha Jobbik, de orientación euroscéptica y antiextranjera.
El mes pasado, Orban vinculó la inmigración con el terrorismo en una encuesta sobre el tema a los votantes, lo que supuso la condena de la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
El Gobierno también ha lanzado una campaña publicitaria con lemas como 'Si vienes a Hungría no puedes quitarle el trabajo a los húngaros' o 'Si vienes a Hungría debes respetar nuestra cultura'.
Para Gergo Kovacs, un antiguo artista callejero que fundó el paródico Partido del Perro con dos Colas, fue la gota que colmó el vaso.
Comenzó una campaña financiada por crowdfunding para colocar sus propios anuncios gigantes en las calles, burlándose de la incapacidad del Gobierno para impedir que los húngaros que buscan trabajo se marchen al extranjero al tiempo que intenta impedir la entrada de inmigrantes.
"Venid a Hungría, nosotros ya trabajamos en Inglaterra", rezaba uno de los pósters. "Si te marchas de Hungría, por favor, vuelve en algún momento". Los carteles causaron furor en internet, y Kovacs recaudó más de 25 millones de florines (más de 80.000 euros). Asegura que si llega a los 60 millones puede conseguir que su campaña tenga más difusión que la del Gobierno.
"Fidesz ha ido contra los drogodependientes, los homosexuales, las personas sin hogar", dijo Kovacs. "La solidaridad ya es suficientemente débil en Hungría. Un Gobierno debería saber hacer algo mejor que empeorarla".
La oficina central de estadísticas dijo que al menos 31.500 húngaros habían dejado el país en 2014, un 46 por ciento más que en 2013. Una encuesta reveló que uno de cada diez húngaros planeaba emigrar, la cifra más alta desde la caída del comunismo en el país en 1989.