Por Raquel Castillo
MADRID (Reuters) - Los responsables administrativos y los sindicatos sanitarios trataban el jueves de depurar responsabilidades por el contagio de ébola de una auxiliar de enfermería, que unos achacan a un posible descuido de la trabajadora mientras otros denuncian irregularidades en la aplicación de los protocolos y falta de formación de los profesionales.
Entretanto, el estado de salud de Teresa Romero, de 44 años, que se contagió de ébola después de tratar a dos religiosos españoles fallecidos a causa del virus, ha sufrido un empeoramiento el jueves.
"Ha empeorado pero no puedo dar más información", dijo a los medios la subdirectora del hospital Carlos III, Yolanda Fuentes, a las puertas del centro.
La responsable dijo que los otros seis pacientes aislados no habían sufrido variación en su estado. Uno de ellos es el doctor Juan Manuel Parra, que el lunes atendió a Romero durante varias horas hasta que se confirmó su positivo por ébola en el hospital madrileño de Alcorcón y que ingresó voluntariamente el miércoles en el centro Carlos III.
Además de él están aislados una doctora del hospital de Alcorcón que atendió a la paciente contagiada, otro facultativo, dos enfermeras, Romero y su marido. Tres personas han recibido el alta en las últimas horas tras haber dado negativo en las dos pruebas de ébola realizadas, según dijo a Reuters la Consejería de Sanidad de Madrid.
En una carta interna a sus superiores reproducida por varios medios de comunicación, el doctor Parra aseguró que se había enterado a través de la prensa del resultado positivo de las pruebas de ébola realizadas a Romero, el primer caso de contagio ocurrido fuera de África.
"(De) la confirmación de positividad de la paciente (el doble positivo) vuelvo a enterarme antes por medios periodísticos que directamente con la autoridad competente", dijo Parra en la carta.
"Yo acuso de negligencia e incompetencia a Consejería y Ministerio", sostuvo además el doctor en su cuenta de Twitter. Partidos políticos y sindicatos sanitarios han pedido la dimisión de la ministra de Sanidad, Ana Mato -una de las peor valoradas del Gobierno-, y han criticado sus explicaciones.
Los sindicatos denuncian que los trabajadores sanitarios no cuentan con preparación ni siquiera para ponerse el traje de seguridad y que se ha tenido que usar a personal no formado.
Según el doctor Parra, que tuvo que atender a la infectada en su habitación hasta en 12 ocasiones, comenzó a usar un segundo traje "de mayor nivel" de seguridad después de ser informado de un posible positivo en la primera prueba.
"Las mangas me quedan cortas en todo momento", agregó en la misiva.
El doctor aseguró que la paciente fue empeorando progresivamente desde que él comenzó su turno a las 8:00 a.m hasta que una ambulancia la trasladó a las 0:00 horas hacia el hospital Carlos III, pasando de sufrir exantema y malestar a padecer vómitos, diarreas y tos con expectoración.
NECESIDAD DE SIMULACROS
Tras la alarma social desatada por el contagio, las autoridades políticas españolas tratan de averiguar cómo pudo contraer el ébola una trabajadora experimentada y apuntan a una responsabilidad de la auxiliar de enfermería, que dijo que podría haberse tocado la cara con los guantes.
Pero desde el ámbito sanitario, que ha sufrido recortes drásticos en los últimos años por la crisis económica, se apunta a la ausencia de previsión y la falta de preparación de la treintena de profesionales que atendieron a los misioneros que se contagiaron en el brote de ébola en África Occidental, donde han muerto más de 3.400 personas.
"No ha sido un error que ella ha cometido, ha sido un accidente", dijo Isabel Lozano, secretaria de organización del Sindicato de Técnicos de Enfermería, en declaraciones a medios. Lozano denunció que los protocolos no se habían aplicado adecuadamente y que las cámaras de seguridad que registran todos los movimientos del personal sanitario ni siquiera estaban grabando.
Los responsables del hospital Carlos III, por su parte, han asegurado que siempre había alguien supervisando la puesta del traje en el tratamiento de los misioneros, insistiendo en un posible descuido de la enfermera.
"Tiene que haber simulacros para que el personal sepa ponerse y quitarse el traje incluso bajo presión y en situaciones de nerviosismo. El adiestramiento no puede ser una clase teórica", dijo a Reuters Rosa Cuadrado, secretaria general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de Madrid.
El portavoz de Sanidad del Grupo Popular en el Congreso, Rubén Moreno, apuntó a que la paciente contagiada no había cumplido "estrictamente con el protocolo", mientras que el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, dijo el miércoles que la auxiliar de enfermería había ocultado información relevante.
"El Gobierno no ha admitido la relajación en el protocolo, sino en el cumplimiento de ellos", dijo en declaraciones a TVE.
Un médico de uno de los hospitales de referencia de Madrid dijo a Reuters que, tras varios meses solicitando formación, el jueves se les informó por primera vez de que se ofrecerá un cursillo de 20 minutos al personal de urgencias sobre la manera correcta de ponerse y quitarse el traje de seguridad.
Según este profesional, organismos como Médicos sin Fronteras ensayan al menos 40 veces antes de enfrentarse a una situación real.
"Esto es responsabilidad de la falta de previsión, de la falta de conciencia de preparación y aún así nada de todo esto nos evita que pueda volver a pasar", dijo a Reuters Miguel Ángel García, médico de familia y portavoz del sindicato médico AMYTS.
"Se necesita formación adecuada y más gente experta", agregó. "Hemos propuesto a la Consejería que se asesore debidamente por gente con experiencia de campo", dijo.
Alrededor de medio centenar de personas que tuvieron contacto con la paciente están en vigilancia, según el Comité de Seguridad Sanitaria, que ha reunido a representantes de todos los estados miembros de la UE, la OMS en Europa y el Centro Europeo de Prevención de Enfermedades de Enfermedades (ECDC), dos de cuyos expertos llegaron el miércoles a Madrid para ayudar a las autoridades sanitarias.
El ébola puede tener un período de incubación de hasta 21 días y los expertos dicen que sólo es contagioso cuando los pacientes presentan síntomas como fiebre, diarrea y vómitos. Se transmite por el contacto directo con fluidos corporales como sangre, vómitos y heces.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hizo el miércoles un llamamiento a la calma de la población y pidió confianza en los profesionales sanitarios.
"No dudo que haya gente profesional. Tenemos recursos con competencia suficiente para abordar esta práctica", dijo García, del sindicato AMYTS.
"El problema de esto es que no hay experiencia previa, sólo hay conocimiento sobre el papel y tienes que ir aprendiendo sobre la marcha", añadió.