Por Inmaculada Sanz
SEVILLA (Reuters) - El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganó el domingo las elecciones en Andalucía, pero necesitará pactar para gobernar una comunidad autónoma en cuyo Parlamento irrumpen dos fuerzas que se benefician del rechazo ciudadano al bipartidismo.
El PSOE consiguió un 35,54 por ciento de los votos, su peor resultado desde que en 1982 se hiciera con el poder en una región de izquierdas que hoy es vista como primer escenario del cambio político que los sondeos auguran para todo el país.
Pese a ese revés en su tradicional bastión, el reparto por la ley electoral permite al PSOE repetir los 47 escaños de 2012- a 8 de la mayoría absoluta - de un Parlamento fragmentado en el que el PP cae con fuerza, obteniendo 33 asientos frente a los 50 de hace dos años y medio, cuando fue la fuerza más votada.
"Aspiro a que en este nuevo tiempo podamos unir a todos los andaluces y en eso voy a centrar todo el esfuerzo", dijo la candidata socialista, Susana Díaz, tras conocer el resultado en Sevilla abriendo el camino a posibles pactos.
"Es un nuevo tiempo para el diálogo, para coser, para unir, vamos a contar con todos y con todas porque creo que es lo que quieren los andaluces", añadió la presidenta en funciones.
Los votos perdidos por las dos principales fuerzas políticas del país se van a dos recién llegados a Andalucía: Podemos, el partido antiausteridad de un año de vida que se hace con 15 escaños, y Ciudadanos, que con 9 escaños se confirma como eventual bisagra para la gobernabilidad de la región.
"Las dos grandes fuerzas han perdido (..) El mapa político en Andalucía y en España ya ha cambiado y esto no es una foto fija, es un fotograma de la película del cambio", dijo la candidata a la Junta por Podemos, Teresa Rodríguez, tras saber el resultado.
Los efectos del rechazo al bipartidismo los sufre también Izquierda Unida, que tras aliarse con el PSOE desde 2012 pasa de 12 a 5 escaños al perder apoyos entre un electorado que ha preferido a dos partidos con un nuevo discurso ilusionante.
"Estas elecciones confirman el empuje del voto del cambio y que la táctica del vértigo usada por los grandes partidos tradicionales no ha funcionado", dijo a Reuters el sociólogo de Metroscopia José Pablo Ferrándiz.
"Tienen que tomar nota de que Podemos y Ciudadanos no son una burbuja", añadió, previendo una amplia posibilidad de escenarios poselectorales.
Las elecciones en la región más poblada de España, donde ha habido un leve incremento de la participación hasta el 63,81 por ciento del electorado, han sido seguidas de cerca al considerárselas un anticipo de lo que podría ocurrir en las citas electorales municipales, autonómicas y generales de 2015.
"Hay un giro a la izquierda de la ciudadanía española y seguramente se verá reflejado en las próximas elecciones", explica el sociólogo de Metroscopia.
ABOCADA A PACTAR
Para gobernar la región más grande y con más pobreza de España, la socialista Susana Díaz tendrá que alcanzar acuerdos totales o puntuales con otras fuerzas, y dado que se ha mostrado reacia a hacerlo con PP y Podemos, es probable que recurra a Ciudadanos, partido abierto a pactos de "regeneración".
"Hoy hemos sido la grata sorpresa en Andalucía, la ilusión (..) Los andaluces quieren un cambio, pero un cambio sensato", dijo el líder nacional de Ciudadanos, Albert Rivera, tras conocer los datos.
Rivera ha dicho que condicionaría su apoyo a que el PSOE sea inflexible con la corrupción y dé un giro económico y social en una región con un 34 por ciento de paro que se eleva al 60 por ciento entre los jóvenes.
"Nosotros no consideramos enemigos al PP, ni al PSOE ni a Podemos, consideramos que los enemigos de España son el paro, la corrupción y la crisis de confianza", dijo Rivera.
La corrupción, segundo problema para los andaluces tras el desempleo, ha sido uno de los motivos para el rechazo a los socialistas en las urnas tras la implicación de varios directivos de la Junta en el fraude de los ERE.
Además de los escándalos, la elevada tasa de paro, las duras recetas de austeridad impuestas por la disciplina fiscal y los seis años de crisis, han generado un descontento social que capitalizan ahora las nuevas formaciones.
"(Este resultado) nos exige al conjunto de fuerzas políticas, dialogar, escuchar y buscar puntos de encuentro", dijo el candidato del PP a la Junta, Juan Manuel Moreno, recordando que "Andalucía necesita más que nunca estabilidad política".