Por Elizabeth Piper
KYIV, UCRANIA, 9 abr (Reuters) -Ucrania está lista para una dura batalla con las fuerzas rusas que se reúnen en el este del país, dijo el sábado el presidente Volodímir Zelenski, y el primer ministro británico, Boris Johnson, lo visitó para ofrecerle nueva ayuda financiera y militar.
Johnson fue el último líder extranjero en visitar Kiev después de que las fuerzas rusas se retiraran de las áreas al norte de la capital hace poco más de una semana. Su visita no fue anunciada previamente.
Más temprano ese día, el líder ucraniano se reunió con el canciller austriaco Karl Nehammer en Kiev y advirtió en una conferencia de prensa conjunta que si bien la amenaza a la capital ha retrocedido, está ganando fuerza en el este.
"Sí, las fuerzas (rusas) se están reuniendo en el este (de Ucrania)", dijo Zelenski.
“Esta será una batalla dura, creemos en esta lucha y en nuestra victoria. Estamos listos para luchar y buscar simultáneamente formas diplomáticas de poner fin a esta guerra”, agregó Zelenski.
Las sirenas de ataque aéreo sonaron en ciudades del este de Ucrania, que se ha convertido en el foco de la acción militar rusa después de una retirada de las áreas cercanas a Kiev.
Las autoridades ucranianas han instado a los civiles del este a huir. El viernes, las autoridades dijeron que más de 50 personas murieron en un ataque con misiles en una estación de tren en la ciudad de Kramatorsk, en la región de Donetsk, donde miles de personas se habían reunido para una evacuación.
La invasión de Rusia, que comenzó el 24 de febrero, obligó a alrededor de una cuarta parte de la población de 44 millones a abandonar sus hogares, convirtió ciudades en escombros y causó la muerte o hirió a miles.
Las bajas civiles han desencadenado una ola de condena internacional, en particular por las muertes en la localidad de Bucha, ciudad al noroeste de Kiev que hasta la semana pasada estuvo ocupada por fuerzas rusas.
"Nunca olvidaremos todo lo que vimos aquí, permanecerá con nosotros durante toda nuestra vida", dijo Bohdan Zubchuk, un policía comunitario de la ciudad, describiendo su vida antes y después de la guerra.
Rusia ha negado haber atacado a civiles en lo que llama una "operación especial" para desmilitarizar y "desnazificar" a su vecino del sur. Ucrania y las naciones occidentales han descartado esto como un pretexto sin fundamento para la guerra.
Johnson tuiteó que se reunió con Zelenski para presentar un paquete de ayuda financiera y militar destinado a mostrar "nuestro compromiso con la lucha de su país contra la campaña bárbara de Rusia".
AL MENOS 52 MUERTOS EN ATAQUE A ESTACIÓN
El ataque con misiles del viernes en la estación de Kramatorsk, un centro para los civiles que huyen del este, dejó jirones de ropa manchada de sangre, juguetes y equipaje dañado esparcidos por la plataforma de la estación.
El alcalde de la ciudad, Oleksander Honcharenko, quien estimó que 4.000 personas estaban reunidas allí en ese momento, dijo el sábado que el número de muertos había aumentado a al menos 52.
El Ministerio de Defensa de Rusia negó su responsabilidad y dijo en un comunicado que los misiles que impactaron en la estación fueron utilizados solo por el ejército de Ucrania y que las fuerzas armadas de Rusia no tenían objetivos asignados en Kramatorsk el viernes.
La televisión estatal rusa describió el ataque como una "provocación sangrienta" por parte de Ucrania.
En Washington, un alto funcionario de defensa dijo que Estados Unidos no aceptaba la negación rusa y creía que las fuerzas rusas habían disparado un misil balístico de corto alcance en el ataque.
Reuters no pudo verificar los detalles del ataque.
Honcharenko dijo que esperaba que solo 50.000-60.000 de la población de Kramatorsk de 220.000 habitantes permanecieran dentro de una o dos semanas mientras la gente huía de la violencia.
El ejército ucraniano dice que Moscú se está preparando para un intento de obtener el control total de las regiones de Donbass de Donetsk y Lugansk que han estado parcialmente en manos de los separatistas respaldados por Moscú desde 2014.
(Reporte adicional de Pavel Polityuk en Cherkasy, Ucrania, James Mackenzie en Yahidne, Ucrania, Janis Laizans en Polonia y oficinas de ReutersEscrito por Michael Perry, Conor Humphries y Paul Carrel,Editado en español por Juana Casas)