Por Ingrid Melander
PARÍS (Reuters) - El estallido de signos de solidaridad de todo el mundo después del ataque contra el semanario francés "Charlie Hebdo" ha conmovido a muchos franceses, pero otros muchos han detectado cierta hipocresía o se han sentido ofendidos por el apoyo a una provocadora publicación.
El Gobierno del presidente François Hollande insiste en que la libertad de expresión no debe limitarse por el miedo a nuevos ataques, y las autoridades han respaldado totalmente la espontánea campaña de solidaridad en las redes sociales "Je suis Charlie" ("Yo soy Charlie").
Pero el escepticismo ha emergido, por un lado, por parte de los trabajadores del semanario que sobrevivieron al ataque y que rechazan los algunos apoyos que califican de hipócritas; por otro lado, por parte de otros que consideran ofensivo el humor del "Charlie Hebdo" y, por último, por parte de aquellos que cuestionan a los más de 40 líderes mundiales que el domingo tomaron parte en la masiva protesta en París por sus violaciones de los Derechos Humanos.
"Hay grandes palabras que se dicen sobre la libertad de expresión y la democracia. ¿Pero dónde estaba ese apoyo (a esa libertad) antes? No había mucho que lo probara", dijo Nalo Magalhou, estudiante de matemáticas de 26 años, acerca de algunas de las reacciones políticas y de los medios.
Aunque no tan popular como el hashtag #JeSuisCharlie, el "IamNotcharlie ("No soy Charlie") también ha hecho su aparición en Twitter.
Sin duda, los que han alabado los ataques que acabaron con 17 personas entre el miércoles y el viernes y que culminaron con el secuestro de un supermercado de comida kosher en el este de París han sido una minoría marginal.
Pero más significativa ha sido la cantidad de gente que mientras unos condenan con franqueza los ataques, no pueden mostrar su apoyo a un periódico que se mofa de las religiones.
"Sería demasiado fácil (decir) "I am Charlie", escribía el bloguero belga Marcel Sel en su página web.
Horrorizado por unos ataques que condena sin reservas, asegura que sería cobarde hacer cree que es "Charlie" cuando ha criticado duramente algunas de sus viñetas sobre el islam en el pasado.
Zakaria Moumni, un franco-marroquí de 34 años envuelto en una bandera gala en Place de la Republique, el punto de encuentro de la protesta del domingo, tiene una razón muy distinta para creer que hay grietas en esa fachada de unidad.
"Algunos jefes de Estado y de Gobierno simplemente no deberían estar ahí cuando toman medidas contra la libertad de expresión en sus propios países. Es hipócrita", asegura Moumni, excampeón de thai boxing que asegura haber sido torturado en Marruecos y que recibió fuerte apoyo de ONG como Human Rights Watch cuando estuvo en prisión.
Marruecos negó las acusaciones de tortura y el pasado mes de marzo archivó una reclamación legal de Francia contra el país.
Para el ilustrador veterano Bernard Holtrop, de "Charlie Hebdo", el problema está con algunos de los nuevos "amigos" del semanario.
Holtrop, conocido en Francia como "illem", dijo que estaba contento de que gente de todo el mundo se uniera a la marcha por defender la libertad de expresión. Pero cuando se le preguntó por el apoyo del político de extrema derecha Geert Wilders dijo: "Vomitamos sobre todas esas personas que de repente dicen que son nuestros amigos".
"Tenemos un montón de nuevos amigos: el Papa, la reina Isabel, Putin. Tengo que reírme de eso", dijo. Willem dijo que sigue vivo sólo porque no le gusta ir a las reuniones de personal del semanario y que no estaba en París cuando dos hombres armados irrumpieron en la sede del periódico y mataron a sus colegas y a dos policías. 2015-01-11T155733Z_1007110001_LYNXMPEB0A0BA_RTROPTP_1_OESTP-FRANCIA-CAMPA-A-CHARLIE.JPG urn:newsml:onlinereport.com:20150111:nRTROPT20150111155733LYNXMPEB0A0BA Campaña de internet muestra el escepticismo hacia la unidad tras ataques de París OLESTOPNEWS Reuters Spain Online Report Top News 20150111T155733+0000 20150111T155733+0000