Por Emma Farge
GINEBRA, 9 feb (Reuters) - Casi uno de cada diez niños gazatíes menores de cinco años padece malnutrición aguda, en su inmensa mayoría como consecuencia de la guerra de Israel contra los dirigentes de Hamás en el territorio, según los primeros datos de la ONU procedentes de mediciones de brazos que muestran el desgaste físico.
Los suministros de alimentos de los que depende Gaza se han reducido con respecto al nivel que tenían antes de la guerra, y los trabajadores humanitarios han informado de señales visibles de inanición, especialmente en las zonas del norte y el centro de Gaza más afectadas por la guerra de Israel contra Hamás desde el 7 de octubre.
Las mediciones de la circunferencia de los brazos de miles de niños y bebés mostraron que el 9,6% sufría desnutrición aguda, lo que supone un aumento de 12 veces respecto a los niveles de antes de la guerra, según una nota de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA).
En el norte de Gaza, la tasa era del 16,2%, es decir, uno de cada seis.
En las últimas semanas, los camiones de alimentos se han visto asediados por multitudes hambrientas antes de poder llegar a los hospitales a los que se dirigían, según los trabajadores humanitarios.
La organización benéfica ActionAid afirmó que algunos gazatíes estaban comiendo hierba. "Todas las personas de Gaza pasan hambre y solo disponen de 1,5 a 2 litros de agua no potable al día para cubrir todas sus necesidades", afirmó.
La organización benéfica Islamic Relief difundió comentarios de un miembro de su personal en Gaza: "Mis hijos y yo no comemos fruta ni verdura desde hace meses, y hay gente que muere cuando intenta ir al encuentro de los camiones de ayuda que llegan de la ONU".
"Estamos intentando hacer pan con maíz seco que antes utilizábamos como pienso, ya que la harina es extremadamente escasa... Y somos relativamente afortunados en comparación con la mayoría de la gente, que no tiene nada de nada".
La organización internacional sin ánimo de lucro Project HOPE declaró que alrededor del 15% de las mujeres embarazadas que había evaluado en su clínica de Deir al-Balah, en el centro de Gaza, la semana pasada estaban desnutridas.
También informó de un aumento de la anemia, o deficiencia de hierro, que puede aumentar los partos prematuros y las hemorragias posparto.
Santosh Kumar, su director médico, que regresó de Gaza la semana pasada, dijo que él y su equipo se habían limitado a una comida al día en solidaridad con los gazatíes.
"La gente se muere de hambre, no tiene dignidad", dijo a Reuters. "La gente me decía: 'Los muertos tienen más suerte'".
(Reporte de Emma Farge; Edición de Kevin Liffey; editado en español por Tomás Cobos)