Por Natalia A. Ramos Miranda y Fabián Andres Cambero
SANTIAGO, 23 oct (Reuters) - Sindicatos y estudiantes encabezaron el miércoles en Chile una huelga y marchas multitudinarias en diferentes ciudades, después de las medidas anunciadas por el presidente para intentar frenar una ola de protestas que ya deja 18 muertos.
Las manifestaciones empezaron hace poco más de dos semanas por un alza en el precio del transporte, pero recrudecieron cuando a los reclamos se sumaron viejas demandas sociales. Ante algunos saqueos y el vandalismo, el gobierno declaró estado de emergencia y toque de queda, y sacó militares a las calles.
En busca de apaciguar el malestar social, el mandatario Sebastián Piñera prometió el martes un aumento de las pensiones, mejorar la atención en salud y mayores impuestos a quienes más ganan, pidiendo "perdón" por la falta de visión de los gobernantes en atender la desigualdad que aqueja a una de las economías más estables de Latinoamérica.
Gruesas columnas de manifestantes -profesores, trabajadores de la salud, empleados públicos, jubilados y estudiantes- marchaban agitando carteles y golpeando ollas y sartenes con estruendo. En la capital había algunos disturbios que la policía dispersaba con chorros de agua y gases lacrimógenos.
La trabajadora textil Norma Carrasco, de 68 años, caminaba de la mano junto a su marido, diez años mayor que ella. Llevaban una pancarta que decía "En Chile hay jubilaciones de hambre": entre los dos reúnen una pensión mensual de unos 300 dólares.
"Yo trabajé desde que era niña y mi jubilación no alcanza a ser de 100.000 pesos (138 dólares). Complemento con la ayuda de mis dos hijos para pagar las cuentas y la atención de salud que tenemos es lo que podemos recibir del Estado", dijo ella.
Los trabajadores de la estatal Codelco abandonaron el paro iniciado a primera hora que afectó parcialmente las operaciones de la mayor productora mundial de cobre. Dijeron que lograron "garantías" y se sumarán a una mesa de trabajo para abordar la crisis.
Piñera, que en los últimos días se reunió con algunos partidos políticos y representantes de instituciones del Estado, reconoció que la agenda de medidas sociales "no solucionará todos los problemas que aquejan a los chilenos, pero será un aporte necesario y significativo".
Pero la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y otros gremios, convocaron masivas marchas en distintas ciudades del país para un "cacerolazo" pacífico.
"Los anuncios de Piñera son cosméticos, no terminará con las protestas sociales, porque no pone fin a los problemas estructurales que causan los abusos", dijo el diputado comunista y presidente de la Comisión de Hacienda, Daniel Núñez.
El Gobierno dijo que los disturbios en torno a la protesta social, que también era convocada en redes sociales con la etiqueta #RenunciaPiñera, han dejado 18 muertos. La Fiscalía cuenta 16 ya que dos personas fueron arrolladas por una persona ebria.
Las autoridades decidieron aplicar el toque de queda por quinta jornada consecutiva, aunque fue recortado a solamente seis horas a partir de las 22.00 hora local (0100 GMT).
En redes sociales se multiplicaban fotos y videos con denuncias de abuso de la fuerza por parte de agentes de seguridad, mientras el Gobierno y las militares han afirmado que se están investigando todas las acusaciones.
Hasta el martes había más de 5.400 detenidos, según la Fiscalía, que también investigará denuncias de uso excesivo de la fuerza. El gobierno confirmó que la cifra de muertos había subido a 18.
El Banco Central de Chile reconoció que los acontecimientos de los últimos días tendrán efectos en la evolución de la economía, que en el corto plazo "se verá afectada por la paralización parcial del país y el daño a la infraestructura".
(Información de Natalia Ramos, Fabián Cambero, Dave Sherwood y Froilán Romero, editado por Gabriela Donoso)