PARÍS, 13 nov (Reuters) - Cinco años después de que un grupo de atacantes islamistas llevara a cabo el ataque más mortífero en tiempos de paz en la Francia actual, el primer ministro Jean Castex rindió homenaje a los muertos el viernes, con el país una vez más en su máxima alerta de seguridad.
Suicidas yihadistas y hombres armados mataron a 130 personas e hirieron a cientos más en una serie de ataques coordinados el 13 de noviembre de 2015, en una sangrienta noche que dejó una profunda cicatriz en la psique de la nación.
Castex se dirigió primero al Stade de France, donde el ataque comenzó con explosiones suicidas fuera del estadio durante un partido de fútbol al que asistía el entonces presidente, Francois Hollande. Allí depositó una corona de flores al pie de una pared.
El asalto también tuvo como objetivo cafés, restaurantes y la sala de conciertos Bataclan, lugares que han estado bajo una estrecha vigilancia policial en el período previo al aniversario del viernes.
Francia se está recuperando nuevamente de una ola de ataques desde principios de septiembre: un apuñalamiento frente a las antiguas oficinas de la revista Charlie Hebdo, la decapitación de un profesor de historia que había mostrado a su clase caricaturas del profeta Mahoma y un mortal ataque con cuchillo en una iglesia en Niza.
"Nos enfrentamos a una amenaza de doble filo: desde el extranjero, personas enviadas desde el exterior, y una grave amenaza interna, personas que están entre nosotros, nuestros enemigos internos. Esas amenazas están aumentando", dijo el ministro del Interior, Gerald Darmanin, a la emisora de radio franceinfo.
(Información de Richard Lough y Benoit van Overstraeten; editado en español por Gabriela Donoso)