Julio César Rivas
Toronto, 22 abr (EFE).- La devolución por parte de General Motors
de casi 6.000 millones de dólares en préstamos y los resultados
financieros del Grupo Chrysler en el primer trimestre de 2010
indican que los planes de reestructuración de los dos fabricantes
están funcionando.
El miércoles, el presidente y consejero delegado de GM, Ed
Whitacre, anunció la devolución de todo el dinero que el fabricante
adeudaba a las autoridades de Estados Unidos (4.700 millones de
dólares) y Canadá (1.000 millones de dólares) cinco años antes del
vencimiento de los préstamos.
La decisión de Whitacre de cancelar lo antes posible los
préstamos públicos cumple la promesa dada por el ejecutivo de
acelerar al máximo la devolución del dinero que los contribuyentes
aportaron a GM para reestructurar la empresa y eliminar sus partes
deficitarias.
Pero también es una prueba de que General Motors contempla con
optimismo los próximos meses y que está convencida de que su plan
para recuperar clientes y mercado está funcionando.
Las cifras dadas a conocer por el Grupo Chrysler también el
miércoles, apuntan en la misma dirección.
Aunque el tercer mayor fabricante de automóviles de Estados
Unidos (después de GM y Ford) sumó 197 millones de pérdidas en los
tres primeros meses de 2010 (que se añaden a otros 3.785 millones de
dólares perdidos de junio a diciembre de 2009), los resultados dan
pie para el optimismo.
Durante esos tres primeros meses del año, Chrysler tuvo unos
ingresos de 9.687 millones de dólares, un Ebitda modificado de 787
millones de dólares y, lo que es más importante, un beneficio
operativo de 143 millones de dólares. Además su efectivo en caja
aumentó a 7.367 millones de dólares.
Todo ello a pesar de que Chrysler está perdiendo cuota de mercado
en Estados Unidos y que desde hace meses no ha presentado ningún
modelo nuevo, que es donde sus competidores están sobresaliendo en
el capítulo de ventas.
Las cifras confirman las previsiones que Sergio Marchionne, el
consejero delegado, realizó a finales de 2009 cuando dijo que,
incluso, si se mantiene la caída de las ventas, el Grupo Chrysler ha
mejorado tanto sus resultados que desde el punto de vista operativo,
no pierde dinero.
Chrysler calcula que cuando concluya 2010 perderá sólo 1.000
millones de dólares lo que le dejará con suficiente dinero en sus
arcas para aguantar hasta que las sinergias con Fiat empiecen a
producir los resultados esperados, principalmente nuevos vehículos
capaces de interesar a los consumidores.
Las noticias procedentes de General Motors y del Grupo Chrysler
junto con los excelentes resultados de que disfruta Ford (fuertes
ascensos de las ventas mes a mes y beneficios de 2.700 millones de
dólares en 2009) señalan que el sector estadounidense del automóvil
está en plena recuperación tras el desastre de 2009.
Y por supuesto, los serios problemas en los que está inmersa
Toyota también ayudan.
Por si esto no es suficiente, una encuesta realizada en marzo por
GfK Roper Public Affairs señala que el público estadounidense ve
cada vez con mejores ojos los automóviles que producen los tres
grandes fabricantes nacionales en detrimento de las empresas
asiáticas.
La encuesta dice que el 38 por ciento de los encuestados
consideran que GM, Ford y Chrysler producen los mejores vehículos, 9
puntos porcentuales más que otra encuesta similar realizada en 2007.
Mientras, el 33 por ciento coloca en lo más alto a los
fabricantes asiáticos, 15 puntos porcentuales menos que hace cuatro
años.
Los datos del sondeo también revelan que la confianza de los
estadounidenses en los productos de Chrysler deja mucho que desear
(sólo un 3% considera que sus vehículos son los mejores) y ese
parece ser el mayor problema que va a tener Marchionne para reflotar
al fabricante. EFE