MADRID (Reuters) - El alcalde de la localidad madrileña de Collado Villalba, Agustín Juárez, dimitió el lunes tras verse implicado en un escándalo de corrupción que ha dañado la imagen del partido en el poder en España e indignado a una ciudadanía harta de recortes sociales por la crisis.
Juárez, político del Partido Popular y alcalde de Collado Villalba desde 2011, se declaró inocente de los cargos de prevaricación, falsedad documental y tráfico de influencias, entre otros, que se le imputan dentro de la operación Púnica, en el marco de la cual fue detenido la semana pasada junto a medio centenar de personas.
El hasta ahora alcalde de la localidad madrileña está en libertad tras haber pagado una fianza de 40.000 euros.
"Anuncio mi dimisión sin ninguna presión de nadie, únicamente y exclusivamente porque creo que en estos momentos ni tengo la fuerza ni tengo la ilusión ni sería capaz de tener la dedicación que he tenido durante estos tres años y medio", dijo Juárez en rueda de prensa en el ayuntamiento de la localidad del noroeste de Madrid.
La investigación judicial sospecha que el alcalde habría recibido presuntamente pagos de alrededor de 70.000 euros de la empresa Cofely a cambio de conseguir la adjudicación del mantenimiento energético de instalaciones municipales, un contrato con un valor de 39,4 millones de euros, según las diligencias judiciales.
"Soy absolutamente inocente y confío ciegamente en la justicia, espero que se demuestre lo antes posible mi inocencia", dijo Juárez.
Además de Juárez, están implicados en la trama municipal otros cinco alcaldes madrileños - tres de ellos del PP, uno del PSOE y otro independiente -, además del presidente de la Diputación de León, Marcos Martínez, y el vicepresidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, Francisco Granados. Para estos dos últimos el juez ha dictado prisión incondicional.
Otros dos alcaldes imputados, el de Parla, el socialista José María Fraile, y el de Torrejón de Velasco, el 'popular' Gonzalo Cubas, también han presentado su dimisión.
Ante los reiterados casos de corrupción conocidos en los últimos meses, en un momento en el que los españoles siguen sufriendo los rigores de una crisis que ha dejado a uno de cada cuatro trabajadores sin empleo, el PP ha sufrido una caída drástica en su popularidad que se ve reflejada en los últimos sondeos electorales.
Según una encuesta de Metroscopia para El País del domingo, en caso de celebrarse hoy unas elecciones el PP, que consiguió la mayoría absoluta en 2011, quedaría relegado a la tercera posición con un 20 por ciento de los sufragios, por detrás del PSOE con un 25 por ciento y el partido de nueva creación Podemos, que obtendría un 27 por ciento.