Por Nidal al-Mughrabi y Dan Williams
GAZA/JERUSALÉN, 16 oct (Reuters) -Los esfuerzos diplomáticos para lograr un alto el fuego que permita la llegada de ayuda a la asediada Franja de Gaza fracasaron el lunes, e Israel ordenó la evacuación de aldeas en un área próxima a su frontera con Líbano, lo que hizo temer que la guerra se extienda a un nuevo frente.
Israel ha prometido aniquilar al movimiento Hamás, que gobierna Gaza, después de que sus combatientes irrumpieron el 7 de octubre a través de la barrera que rodea el enclave, matando a tiros a 1.300 israelíes, en su mayoría civiles, en el día más mortífero en los 75 años de historia del Estado judío.
Israel ha sometido a Gaza, donde viven 2,3 millones de palestinos, a un bloqueo total y la ha bombardeado con ataques aéreos sin precedentes. Las autoridades del enclave afirman que al menos 2.800 personas han muerto allí y casi 11.000 resultaron heridas, la mayoría civiles.
Según Naciones Unidas, un millón de gazatíes ya han sido expulsados de sus hogares. No hay electricidad, escasea el agua potable y el combustible para los generadores de emergencia podría agotarse en un día.
Habitantes de Gaza indicaron que los ataques de la noche habían sido los más intensos de los nueve días de conflicto. Muchas casas quedaron destruidas y el número de muertos aumentó notablemente.
En la mayor señal hasta ahora de que la guerra podría extenderse a un nuevo frente, Israel ordenó el lunes la evacuación de 28 pueblos en una zona de dos kilómetros de profundidad cerca de su frontera con Líbano. El movimiento libanés Hezbolá declaró haber atacado cinco posiciones israelíes.
La semana pasada ya se produjeron los enfrentamientos más mortíferos en la zona fronteriza desde la gran guerra de 2006 entre Israel y Hezbolá, que, al igual que Hamás, es aliado de Irán.
En un discurso ante el Parlamento, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que los israelíes debían prepararse para una larga batalla, y lanzó una advertencia a Teherán y Hezbolá en la que se refirió a la guerra de 2006, que desplazó a un millón de libaneses.
"Ahora estamos centrados en un objetivo: unir las fuerzas y avanzar hacia la victoria. Esto requiere determinación porque la victoria llevará tiempo", afirmó.
"Y tengo un mensaje para Irán y Hezbolá: no nos pongan a prueba en el norte. No cometan el mismo error que cometieron una vez. Porque hoy el precio que pagarán será mucho más alto".
Los 10 días de ataques no han conseguido eliminar la capacidad de Hamás de lanzar cohetes contra Israel, donde sonaron sirenas de advertencia. El grupo afirmó haber disparado una andanada contra Jerusalén y Tel Aviv.
Durante una de las alertas, Netanyahu y el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken -que visitaba Israel por segunda vez en cinco días- se refugiaron brevemente juntos en un búnker.
ALIVIO URGENTE
Los esfuerzos diplomáticos se han centrado en hacer llegar ayuda a Gaza a través del paso fronterizo de Rafah con Egipto, la única ruta de salida no controlada por Israel.
Egipto afirmó que Israel no está cooperando, dejando cientos de toneladas de suministros atascados. Agregó que el paso fronterizo de Rafah no estaba oficialmente cerrado, pero que era inoperable debido a los ataques israelíes en el lado de Gaza.
"Estamos esperando la luz verde para que entre la ayuda y decenas de voluntarios están listos", dijo un funcionario de la Media Luna Roja en el norte del Sinaí.
A primera hora del lunes, dos fuentes de seguridad egipcias habían dicho a Reuters que se había acordado un alto el fuego de varias horas en el sur de Gaza para la entrada de ayuda y las evacuaciones en Rafah.
Sin embargo, la televisión estatal egipcia citó más tarde a una fuente anónima de alto nivel diciendo que no se había acordado tal tregua, e Israel y Hamás también lo negaron.
"Es urgente aliviar el sufrimiento de los civiles palestinos de Gaza", declaró a la prensa el ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, quien añadió que las conversaciones con Israel para abrir Rafah a la ayuda habían sido infructuosas hasta la fecha.
Washington también se ha centrado en abrir brevemente el paso para permitir la salida de algunos de los pocos cientos de gazatíes con pasaporte estadounidense. Shoukry dijo que Egipto podría permitir evacuaciones médicas y dejar entrar a algunos gazatíes con permiso para viajar.
Sin embargo, no se ha hablado públicamente de que Egipto acepte una afluencia masiva de refugiados, lo que significa que es poco probable que se ofrezca una ruta de salida a la gran mayoría de los gazatíes. Egipto y otros Estados árabes afirman que un éxodo masivo sería inaceptable porque equivaldría a expulsar a los palestinos de su tierra.
Israel ha instado a los gazatíes a evacuar el sur, lo que ya han hecho cientos de miles en el enclave, donde viven unos 2,3 millones de personas. Hamás ha dicho a la población que ignore el mensaje de Israel.
Se espera que las reservas de combustible de todos los hospitales de la Franja de Gaza duren sólo unas 24 horas más, lo que pone en peligro a miles de pacientes, según ha declarado la Oficina de Ayuda Humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA).
"Si el hospital de Shifa deja de funcionar, todo el mundo será responsable de las vidas de cientos y miles de pacientes que dependen de nuestros servicios", declaró Ashraf Al-Qidra, funcionario del Ministerio de Salud de Gaza.
(Reporte de Nidal al-Mughrabi en Gaza, Ari Rabinovitch, Dan Williams, Henriette Chacar, Dedi Hayun, Maayan Lubell, Emily Rose, James Mackenzie y John Davison en Jerusalén, Parisa Hafezi en Dubai, Humeyra Pamuk, Hatem Maher, Ahmed Tolba y Omar Abdel-Razek en El Cairo, Nandita Bose, Rami Ayyub y Katharine Jackson en Washington, Michelle Nichols en las Naciones Unidas; Redactado por Angus MacSwan, editado por Miral Fahmy y Philippa Fletcher. Editado en español por Javier Leira)