Por Mike Collett
LONDRES, 14 abril (Reuters) - Colíder de la Premier League el día de Año Nuevo, el Manchester City comenzó a desinflarse durante su derrota ante el Arsenal por 2-0 a mediados del mes de enero, y no han sido los mismos desde entonces.
El City sometió al Chelsea a una gran presión en el liderato y, a principios de 2015, sólo estaban separados por orden alfabético.
A pesar de que había algunas indicaciones de que la máquina engrasada de Manuel Pellegrini no estaba funcionando tan bien como podría, el City parecía encaminado a pelear por revalidar el título de campeón.
Aparecieron algunas dudas durante los partidos de Navidad y Año Nuevo, cuando permitieron al Burnley remontar una desventaja de dos goles para terminar empatando 2-2 en el Etihad Stadium.
Poco después estuvieron a punto de correr la misma suerte cuando el Sunderland logró igualar después de ir ganando 2-0, y sólo consiguieron la victoria gracias a un cabezazo tardío del veterano centrocampista Frank Lampard que certificaba el 3-2 final.
El equipo fue descolgándose del Chelsea en la carrera por el título cuando empató como visitante ante el Everton por 1-1 en Goodison Park.
Cinco semanas después de estar emparejado con el equipo que entrena José Mourinho, el City se encuentra a siete puntos del liderato.
SIN GARANTÍAS
Después de la aplastante derrota del domingo por 4-2 en el derbi de la ciudad ante el Manchester United, ni siquiera es seguro que el equipo pueda terminar en los cuatro primeros puestos que dan acceso a disputar la Liga de Campeones la próxima temporada.
Titulares como 'Humillados', 'Deprimente City', o 'Cura de humildad para el City en la derrota en el derbi' han sido dolorosos en la mitad azul de Manchester.
El City, de facto el equipo más rico del mundo gracias al apoyo del Abu Dhabi United Group de su presidente Sheik Mansour, ha llegado a parecerse más a un pariente pobre que ha desperdiciado su reciente riqueza.
Un signo de esto sería el fichaje por 32 millones de libras del central francés Eliaquim Mangala, procedente del Oporto. El defensa ha tenido dificultades toda la temporada en el eje de la zaga.
Muchos otros, incluyendo a Yayá Touré, Samir Nasri, Edin Dzeko, Gaël Clichy, Aleksandar Kolarov, Stevan Jovetic y el capitán Vincent Kompany han estado en baja forma desde que comenzó en enero y han sufrido para consolidarse en el rígido 4-4-2 que plantea su entrenador, Manuel Pellegrini. Todo ello se vio acentuado cuando el Barcelona les eliminó de la Liga de Campeones.
El atacante del Manchester United Wayne Rooney dio algunas pistas sobre cómo encararía su equipo el choque del domingo cuando dijo: "Sabemos que algunos jugadores del City no son los mejores corriendo hacia atrás y defendiendo, ni persiguiendo a los jugadores que conducen el balón, y pensamos que podríamos hacerles daño por ahí, y eso hicimos".
"Tenemos jugadores que pueden marcar desde el centro del campo y, para ser sincero, sentíamos que eso iba a hacer que ganásemos el partido y quedó demostrado que fue así", dijo.
Hace más de un mes que el antiguo entrenador del City Peter Reid dijo algo similar: "No hay deseo de recuperar la pelota cuando la pierden".
"Todos podemos tener días malos en cualquier aspecto de nuestra vida, pero ese deseo, pelear por la camiseta, no querer perder, miro al City y no lo veo", añadió.
La única cosa en favor del City a falta de seis partidos por disputarse es que no tienen el peor calendario posible, con partidos en casa contra el West Ham United, el Aston Villa, Queens Park Rangers y el Southampton, y dos fuera contra Tottenham Hotspur y Swansea City.
Con una ventaja de cuatro puntos sobre el Liverpool, aún son ligeramente favoritos para terminar entre los cuatro primeros, pero quién llevará el equipo adelante y jugará en él la próxima temporada es todavía un interrogante.