Por Isabel Woodford
MADRID (Reuters) - El Congreso español respaldó el jueves el plan del Gobierno español de exhumar los restos del dictador Francisco Franco del mausoleo del Valle de los Caídos.
Los planes de exhumación han dividido a los partidos políticos y a la opinión pública en España. Mientras algunos detractores -entre ellos la familia de Franco- afirman que se trata de una medida "revanchista" adoptada con fines electorales, los partidarios critican que se trata del único monumento en pie a un líder fascista en Europa.
El jueves dieron el visto bueno al plan 176 diputados de un Congreso de 350 escaños, entre ellos los socialistas de Sánchez y la formación antiausteridad Podemos, y se abstuvieron los partidos conservadores Ciudadanos y Partido Popular -en total 165 abstenciones-.
No se ha hecho público cuándo se llevará a cabo la exhumación de los restos mortales de Franco, pero el Gobierno espera que sea un paso adelante para cerrar las heridas de la Guerra Civil y de la dictadura de casi 40 años.
"La decisión de exhumar a Franco me parece tardía, se podía haber hecho mucho antes", dice Nicolás Sánchez-Albornoz, que escapó de las obras del Valle en agosto de 1948 tras ser sentenciado a seis años de trabajos forzados.
"La sociedad española ha avanzado mucho. La presión social es muy fuerte y el Gobierno no va a poder retirar esa decisión, confío en que se realice y pronto", dice el antiguo preso político.
Durante la dictadura (1939-1975), decenas de miles de enemigos de Franco fueron asesinados y encarcelados en una campaña destinada a erradicar la disidencia, y hasta medio millón de combatientes murieron en la guerra civil.
En la transición a la democracia, a finales de los setenta, se decretó el perdón de los crímenes políticos pasados, lo que avivó el resentimiento entre parientes de las víctimas. Muy pocas familias han logrado poner en marcha el proceso para desenterrar los restos de los caídos de ambos bandos en fosas comunes de todo el país.
El historiador de 92 años fue detenido cuando era un joven estudiante que pertenecía a la Federación Universitaria Escolar (FUE), que los jueces militares consideraban una organización clandestina bajo el paraguas de la URSS.
Sin embargo, cuenta que tuvo "suerte" al encargársele trabajo de oficina en lugar de las letales tareas de trabajar en la construcción de la gigantesca cruz - 152 metros de altura - al noroeste de Madrid.
Sánchez-Albornoz escapó con ayuda de compañeros en Francia antes de huir a Argentina, un viaje dramático que ha sido recogido en la película de 1998 "Los años bárbaros".
Nicolás no regresó de forma permanente a Madrid hasta 1991, aunque nunca volvió al monumento.
"Cuando veo el Valle de los Caídos (al pasar en coche) miro para ver si aún esta la cruz con la esperanza de no verla", dijo.
(editado por Julien Toyer; traducido en la redacción de Madrid)