Por Fadhil al-Samarraie
HAJJAJ, Irak (Reuters) - Miles de personas están huyendo de la ciudad norteña iraquí de Shirqat, controlada por Estado Islámico, cuya recuperación sería un paso importante para retomar el bastión de Mosul, 100 kilómetros más al norte.
El primer ministro Haider al-Abadi se ha comprometido a recuperar Mosul -la capital oficiosa del grupo ultraortodoxo en Irak y la ciudad más grande de todos los territorios que controla en su autoproclamado califato- antes de que acabe 2016, más de dos años después de que cayera en manos yihadistas.
Los recientes avances contra los insurgentes han puesto la atención en este objetivo, aunque críticos todavía se preguntan si el ejército está listo y qué podría ocurrir con la ciudad si el Estado Islámico es expulsado.
Más de 33.000 personas han huido al sur desde la ciudad de Shirqat en los últimos dos meses, de acuerdo con la agencia de refugiados de las Naciones Unidas ACNUR y funcionarios de seguridad locales.
El control de Shirqat y la cercana ciudad de Qayara es fundamental para proteger de los ataques con morteros y cohetes la base aérea de Qayara, recientemente recuperada, con el objetivo de que las fuerzas iraquíes respaldadas por EEUU puedan utilizarla como un centro logístico para la operación de Mosul.
Alrededor de 560 soldados estadounidenses ayudarán a reparar la base, que fue dañada por los combates y los sabotajes de Estado Islámico, con el fin de que miles de soldados iraquíes pueden sumarse a la compaña sobre Mosul, que podría comenzar a finales de septiembre.