BEIRUT (Reuters) - El Ejército sirio tomó control el sábado de áreas en el oeste de Alepo y revirtió todos los avances logrados por los rebeldes en dos semanas de contraataques sobre zonas bajo dominio del Gobierno, dijeron un grupo de monitorización del conflicto y un funcionario insurgente.
La televisión estatal indicó que el Ejército rastreó la zona suburbana del distrito Dartrshiyet al-Assad en busca de minas terrestres tras recuperar la zona. La agencia oficial de noticias SANA dijo, citando una fuente militar, que el Ejército y sus aliados estaban avanzando continuamente en el oeste.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo con sede en Reino Unido que monitoriza el conflicto, indicó que los militares sirios y sus aliados lograron varios avances esta semana en la parte oeste de la dividida ciudad de Alepo, lo que impidió que la contraofensiva rebelde termine con el asedio oficial sobre los distritos en manos de la oposición.
Las fuerzas del Gobierno sirio tomaron control de la localidad de Minian y posiciones aledañas, que habían sido capturadas por los rebeldes el mes pasado, señaló el observatorio.
Zakaria Malahifji, jefe de la oficina política del grupo rebelde Fastaqim que combate en Alepo, confirmó los avances del Ejército sirio. "Por supuesto que cuando el régimen toma el control, eso tiene un efecto negativo, pero hay perseverancia" entre las facciones insurgentes, señaló.
Alepo ha estado dividida durante años entre el oeste en manos del Gobierno y el este bajo control de los rebeldes.
Las fuerzas oficiales de Damasco lanzaron en septiembre un importante ataque respaldado por Rusia en el este de Alepo después de sitiar la zona, en la que según Naciones Unidas residen 275.000 personas.
El 28 de octubre los rebeldes contraatacaron buscando poner fin al asedio, y apuntaron a distritos occidentales de Alepo, en una ofensiva que incluyó a militantes del grupo radical Estado Islámico y a insurgentes que luchan bajo la bandera del Ejército Libre de Siria. Pero sus avances perdieron fuerza tras algunos logros iniciales.
Alepo se convirtió en el principal frente de batalla en la guerra entre el Gobierno del presidente Bashar al-Assad -apoyado por Irán, milicias chiíes y la potencia aérea de Rusia- contra grupos rebeldes fundamentalmente suníes, algunos respaldados por Turquía, Estados Unidos y las monarquías del Golfo Pérsico.