Por Mariam Karouny y Jonny Hogg
BEIRUT/MURSITPINAR (Reuters) - Los nuevos ataques aéreos liderados por Estados Unidos contra combatientes del Estado Islámico no lograron evitar que los insurgentes intensificaran el sábado su ofensiva, al lanzar por primera vez proyectiles de artillería sobre una estratégica ciudad siria cercana a la frontera con Turquía.
Estados Unidos dijo que sus ataques aéreos destruyeron una base del Estado Islámico y dos vehículos armados cerca de la ciudad fronteriza de Kobani, que ha sido asediada por los insurgentes en los últimos 10 días.
El Comando Central del país norteamericano dijo que un campo de aviación y de entrenamiento ubicado cerca de Raqqa, un bastión del Estado Islámico, también fue blanco de los siete ataques aéreos perpetrados por Estados Unidos, Arabia Saudí, Jordania y Emiratos Árabes Unidos, que usaron aviones de combate y aeronaves pilotadas remotamente.
En Irak, en tanto, tres ataques aéreos destruyeron cuatro vehículos armados del Estado Islámico y una "posición de combate" al sudoeste de Arbil, agregó el Comando Central.
Estados Unidos ha perpetrado ataques en Irak desde el 8 de agosto y desde el martes, con ayuda de algunos aliados árabes, inició una ofensiva en Siria. La campaña tiene por objetivo "destruir" a los extremistas islámicos que controlan regiones en ambos países.
La filial de Al Qaeda en Siria, que perdió decenas de combatientes en el primer día de ataques, acusó a Washington y sus aliados de librar una "guerra contra el Islam" y dijo que Estados Unidos será blanco de los yihadistas en todo el mundo.
El Estado Islámico, que comenzó a ganar territorio en el norte de Irak en junio, proclamó un califato islámico, sacrificó prisioneros occidentales y ordenó a chiíes y no musulmanes a convertirse, ya que de lo contrario morirán.
Su avance llevó al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a ordenar que las fuerzas de ese país regresen a Irak, nación que abandonaron en 2011, y que ataquen Siria por primera vez.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización que respalda a las fuerzas opositoras que combaten al presidente sirio Bashar al Asad, dijo que los ataques aéreos del sábado provocaron más de 30 explosiones en Raqqa.
Rami Abdulrahman, que está a cargo del grupo con sede en Reino Unido, dijo que 23 combatientes del Estado Islámico murieron en los ataques.
Sin embargo, el grupo dijo que el Estado Islámico pudo bombardear, pese al golpe sufrido, algunas zonas del este de Kobani, dejando a varias personas heridas.
La ofensiva en la ciudad kurda, también conocida como Ayn al-Arab, ha llevado a 150.000 refugiados a cruzar la frontera desde la semana pasada.
EL GIRO DE ERDOGAN
El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, dio un giro en la postura de Ankara al decir por primera vez que tropas turcas podrían ser usadas para ayudar a instalar una zona de seguridad en Siria en caso de existir un acuerdo internacional para establecer un albergue para los refugiados.
Ankara hasta el momento se había negado a asumir un rol de primera línea en la coalición liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico, pero Erdogan dijo al diario Hurriyet que "la lógica que asuma que Turquía no tomará posición desde un punto de vista militar es errónea".
Erdogan dijo que están en marcha las negociaciones para determinar cómo y qué países iniciarán los ataques aéreos y una potencial operación terrestre, y agregó que Turquía está lista para formar parte de esta ofensiva.
Responsables turcos cerca de la frontera con Siria dijeron que combatientes del Estado Islámico que se enfrentan a fuerzas kurdas cerca de Kobani lanzaron cuatro proyectiles de mortero en territorio turco, dejando dos heridos.
Uno de los proyectiles impactó contra un minibús en los alrededores de Tavsanli, una población turca cercana a Kobani.