Por Andrew Osborn
LONDRES (Reuters) - Miembros del Estado Islámico están saqueando antiguos lugares arqueológicos por todo Irak y Siria a escala industrial, y vendiendo los tesoros que encuentran a intermediarios para conseguir dinero, dijo el jueves Irina Bokova, la líder de la UNESCO.
Una quinta parte de los en torno a 10.000 sitios reconocidos internacionalmente como de interés arqueológico de Irak están bajo el control del Estado Islámico y han sido totalmente saqueados, y no está claro lo que ha sucedido en "otros miles" de lugares, dijo Bokova en una reunión de expertos en Londres.
Algunos enclaves en Siria han sido desvalijados hasta tal punto que ya no tienen valor alguno para historiadores y arqueólogos, y la UNESCO cada vez está más preocupada por lo que pueda suceder en Libia, dijo.
El autoproclamado califato del Estado Islámico tiene en su poder algunos de los tesoros arqueológicos más valiosos de la tierra, en una región donde los antiguos asirios levantaron sus capitales, floreció la civilización greco-romana y distintas sectas musulmanas y cristianas han convivido durante siglos.
Los miembros del grupo, cuya estricta interpretación salafista del Islam considera idolatría la veneración de las tumbas y los vestigios no islámicos, también han publicado vídeos en los que aparecen destruyendo los restos.
"La destrucción deliberada, la que estamos viendo hoy en Irak y Siria, ha alcanzado niveles sin precedentes en la historia contemporánea", dijo Bokova al Royal United Services Institute de Londres.
"Esta destrucción deliberada no solo continúa, sino que ocurre de forma sistemática. El saqueo de excavaciones arqueológicas y museos, particularmente en Irak, ha alcanzado una escala industrial de destrucción".
Esta "limpieza cultural" está enfocada a destruir las raíces comunes de la humanidad, dijo, pero también era una fuente de financiación para los insurgentes, que cobran a los granjeros locales por excavar en los yacimientos, vendiendo más tarde lo que encuentran a coleccionistas privados de todo el mundo.
Una serie de imágenes por satélite ayudaron a la UNESCO a comprender lo que estaba sucediendo, dijo Bokova, pero en algunas zonas había cientos de agujeros en el suelo de donde se habían extraído restos arqueológicos, y era complicado ver qué era lo que se había saqueado.