Por Scott Malone y Zachary Goelman
ORLANDO, EEUU (Reuters) - El huracán Matthew azotaba el viernes el estado de Florida con vientos de 195 kilómetros por hora y se acercaba a la costa estadounidense del Atlántico en su ruta hacia el norte, amenazando con provocar más destrucción después de dejar cerca de 850 muertos y miles de personas sin hogar en Haití.
Matthew, el primer huracán de gran intensidad que podría impactar frontalmente el territorio de Estados Unidos en más de una década, activó multitudinarias evacuaciones a lo largo de la costa del país, desde Florida y Georgia hasta Carolina del Norte y Carolina del Sur.
El sur de Florida escapó del peor impacto de la tormenta durante la madrugada, pero el presidente estadounidense, Barack Obama, y otros responsables advirtieron a los ciudadanos que residen en zonas más al norte que no actúen con negligencia.
"Quiero enfatizar a todos que este todavía es un huracán realmente peligroso, que el potencial de marejadas, muertes y severos daños a la propiedad existe y que las personas deben continuar siguiendo las instrucciones de sus responsables locales en las próximas 24, 48, 72 horas", dijo Obama a periodistas.
La ciudad de Jacksonville en Florida podría sufrir inundaciones graves, dijo el gobernador del estado, Rick Scott. La tormenta interrumpió el suministro eléctrico de 600.000 hogares en Florida, afirmó en una rueda de prensa.
En Haití, donde numerosas comunidades pobres fueron devastadas por Matthew, el número de muertos subió a al menos 842, de acuerdo a autoridades locales, que indicaron que áreas remotas quedaron aisladas tras el paso del huracán.
Matthew atravesó el extremo oriental de la península de Haití el martes con vientos máximos sostenidos de 233 kilómetros por hora y lluvias torrenciales. Unas 61.500 personas estaban en refugios, dijeron responsables, después de que el ciclón arrojara las aguas del mar hasta frágiles localidades costeras, con algunas de las cuales se estaba empezando a contactar ahora.
Las redes de telefonía móvil no funcionaban y los caminos se encontraban inundados por aguas de ríos y el mar en Haití, la nación más pobre de América. La ayuda llegaba lentamente a las zonas afectadas de la península y los locales intentaban colaborar unos con otros.
"Mi casa no quedó destruida, así que estoy recibiendo gente, como si fuera un refugio temporal", dijo Bellony Amazan en la localidad de Cavaillon, donde murieron alrededor de una docena de personas. Amazan sostuvo que no tenía alimentos para ofrecer.
FALSA SENSACIÓN DE SEGURIDAD
A las 1400 GMT, el ojo del huracán avanzaba frente a la costa de Florida, cerca de la ciudad de Daytona Beach, dijo el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
No se comunicaron daños significativos en West Palm Beach y en otras comunidades del sur de Florida, donde los vientos del ciclón arrancaron árboles y líneas de energía eléctrica en las primeras horas de la mañana, informaron medios locales.
Craig Fugate, director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias de Estados Unidos, dijo que le preocupa que los daños relativamente leves vistos hasta ahora puedan dar a las personas una falsa sensación de seguridad.
"El peligro real todavía son las marejadas a causa de la tormenta, especialmente en el norte de Florida y el sur de Georgia. Estas son áreas sumamente vulnerables. Estas zonas no han visto un potencial de daño tan alto desde finales del siglo XIX", sostuvo.
La intensidad de Matthew disminuyó desde el jueves por la noche y el viernes por la mañana fue degradado a categoría 3 en la escala de cinco niveles de Saffir-Simpson. La tormenta podría virar para ingresar a tierra o seguir moviéndose hasta alcanzar la costa atlántica el viernes por la noche, indicaron los meteorólogos.
Pocas tormentas con vientos tan poderosos como los de Matthew han golpeado Florida y el CNH advirtió sobre un "impacto potencialmente desastroso". El Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos dijo que Matthew aún puede convertirse en el ciclón más poderoso en azotar el noreste del estado en 118 años.